La librería Roquer cierra tras 32 años de actividad

El escaparate de la librería Roquer, en los Jardinets de Gràcia, exhibe desde el sábado un nuevo objeto. No es, sin embargo, una novedad literaria. Se trata de un pequeño cartel donde anuncia que sus dueños bajan la persiana. “¡Nos echan! Después de 32 años la librería Roquer Jardinets muy pronto no podrá abriros las puertas”, se puede leer en el folio de papel. El local estará abierto hasta el 12 de noviembre y no hay previsiones de reabrir en otro sitio.

“Cierro no porque quiera, sino porque tengo que hacerlo”, explica su dueña, que pide no publicar su nombre. Está agotada después de tres años de litigio con la propiedad de la finca donde está la librería. Un juez ha determinado que tiene que irse y los dueños de la propiedad, en su legítimo derecho, podrán hacer lo que quieran con ella. EL PAÍS intentó ponerse en contacto con ellos, sin éxito.

La manzana donde está Roquer ha vivido varios cierres en los últimos cuatro años

Desde dentro de la librería se ve cómo avanzan las obras de la reforma premium del paseo de Gràcia. También hay un afiche de La ciutat dels cafès, de Paco Villar. La dueña desmarca su problema del de los negocios tradicionales con rentas antiguas y que no pueden hacer frente a los nuevos y costosos alquileres. Esto ya se ha llevado por delante otras librerías emblemáticas como La Canuda, junto a las Ramblas.

La manzana donde está Roquer ha vivido movimientos en los últimos cuatro años. La discoteca gay Martins cerró, el hotel Casa Fuster creó un nuevo bloque de pisos de alto standing, llegaron tiendas de ropa de lujo, también se acaba de ir una de aparatos eléctricos... Un portavoz del Gremi de Llibreters lamenta el cierre, pero recuerda que hay una sentencia de por medio. Aunque advierte: “Es necesario que la ciudad defina su modelo de comercio”.