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Los ‘eurotaxistas’ paralizan el servicio en protesta por la falta de ayudas

Los conductores de estos vehículos, usados principalmente por personas con discapacidad, piden al Ayuntamiento y a la Comunidad que los subvencione

Protesta de eurotaxis en diciembre de 2006.
Protesta de eurotaxis en diciembre de 2006.ULY MARTÍN

La Asociación Eurotaxi por la Movilidad y Accesibilidad (AEMA) ha decidido este lunes paralizar de forma indefinida su servicio en toda el área de prestación conjunta de Madrid; esto es la capital y los 44 municipios que la integran como Alcorcón, Getafe, Navalcarnero o Quijorna. Los eurotaxistas —conductores de monovolúmenes adaptados para personas con discapacidad física— protestan así contra la norma que regula este servicio público y que establece que los profesionales pueden iniciar la carrera con cinco euros en el contador al recoger al cliente con independencia de la distancia que haya entre un punto y otro. Aunque en 2014 contratar un taxi por radio emisora costará ocho euros si este se dirige a alguno de esos municipios fuera de la capital.

Las nuevas tarifas previstas para el próximo año no resuelven, sin embargo, el problema de fondo: la falta de vehículos de este tipo. En total, hay unos 100 coches adaptados (de los 15.700 taxis que hay en Madrid) y los pasajeros, según aseguran estos taxistas, pueden vivir a muchos kilómetros. Por lo que no les sale a cuenta recoger al viajero porque gastan más combustible del que pueden cobrar. "Puede darse el caso de que pidan un servicio al parque empresarial de Las Rozas y el conductor esté en Moncloa. Recorrerá unos 20 kilómetros y pico por cinco euros que marcará el taxímetro. No nos sale rentable", explica Julián Fernández, secretario de AEMA.

Esta situación no es nueva. A finales de julio, el sector del eurotaxi pidió ayudas por recoger a personas con algún tipo de discapacidad en sitios distantes. Entonces decidieron cumplir con el servicio pero dentro de ese límite de cinco euros. Lo cual motivó que algunos usuarios se quedaran sin taxi. Estos conductores entienden que debe ser la Administración quien abone la diferencia entre ese tope de cinco euros, fijado en las tarifas de 2013, y lo que marca el taxímetro al llegar, además de aumentar la flota de estos vehículos. Mientras no sea así, no habrá eurotaxis circulando.

Adaptar uno de estos monovolúmenes cuesta 32.000 euros

"Hemos decidido voluntaria y espontáneamente no hacer más carreras hasta que se resuelva nuestra situación", zanja Fernández, que asegura que llevan un año intentando llegar a algún tipo de acuerdo con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, pero "solo ha habido buenas palabras sin hechos". Según cálculos de este taxista, adaptar uno de estos monovolúmenes sale por unos 10.000 euros; a los que hay que sumar otros 25.000 por la compra del vehículo. Aunque se puede adquirir un Volkswagen Caddy Maxi, uno de los eurotaxis más comunes, por 32.000 euros ya preparado. Hasta hace dos años, según afirma este profesional, tanto la Comunidad como el Ayuntamiento subvencionaban ese cambio con 12.000 euros y 18.000 euros respectivamente. "Pero ahora sale todo de nuestro bolsillo".

Según datos de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FammaCocemfe Madrid), en la Comunidad hay 290.000 personas con algún tipo de discapacidad reconocida. La decisión de estos conductores afecta a 94.787 usuarios con movilidad reducida que usan estos vehículos. Juana Buenvarón, de 63 años y con poliomielitis, es una de ellos. Esta mujer se ha enterado por este periódico de la huelga de eurotaxis. Vive en Usera, al sur de Madrid, y desde hace 12 años coge estos monovolúmenes para moverse por la ciudad. Según cuenta por teléfono, usa este servicio una media de dos veces al mes porque le resulta “muy caro” y porque apenas puede salir de casa. Cuando lo hace, Juana acude al teatro o va a visitar a algún familiar. En su caso, afirma que siempre han venido a buscarla aunque la mayoría de las veces el taxímetro marcaba "9, 10 o 12 euros", que tuvo que abonar. Ahora, sin estos taxis circulando, saldrá menos de casa: “Dependeré de algún amigo que pueda llevarme aunque la silla de ruedas es difícil de plegar”.

Tanto los taxistas como los discapacitados piden que se amplíe la flota de estos vehículos

Como ella, Silvia Pitarch, que tendrá que desplazarse en autobús. Esta mujer de 35 años y vecina de Rivas Vaciamadrid (a 15 kilómetros del Centro) conocía la decisión de los taxistas. Según dice, usa este tipo de vehículos adaptados desde hace casi dos años unas tres veces al mes para ir con su novio a algún hotel. Sufre de espina bífida y asegura que siempre le han ido a buscar, pero también, como a Juana, con una tarifa superior a los cinco euros. “Me llegan con ocho o 12 de inicio”.

Con todo, desde Famma muestran su solidaridad con los eurotaxistas. Su presidente, Javier Font, entiende que ha sido la "inacción de la Administración" la que ha provocado que se llegue a este término. Según Font, la solución al conflicto pasa por aumentar esa flota de taxis adaptados, como también pide el sector, y también las ayudas a las personas con discapacidad para que puedan acceder "sin problemas a este tipo de vehículos". Asimismo, el presidente de Famma solicita la unión de unos y otros además de denunciar la vulneración, por parte de la Administración, de multitud de leyes como la de igualdad de oportunidades o el Reglamento de Transporte de la Comunidad. Según el Real Decreto 1544/2007, el Ayuntamiento debe promover que, al menos, un 5% de las licencias de taxi correspondan a vehículos adaptados. Es decir, 785 de las 15.700 actuales. En 2012, y según cálculos de Famma, la proporción era de un eurotaxi por cada 948 discapacitados.

Preguntado por este periódico, la Consejería de Transportes remite al Ayuntamiento porque alega que el asunto es de su competencia. El Consistorio, a su vez, declina hacer declaraciones. La Consejería de Asuntos Sociales recuerda, por su parte, que este año se ha aprobado una ayuda general de 50.000 euros para personas con discapacidad en la que está incluida esa necesidad de taxi urgente o el desplazamiento por motivos de estudios o de trabajo. 

Antes de la entrada en vigor del tope de cinco euros, estos taxistas se regulaban por sí mismos. "Cobrábamos 10 euros de máximo en zona A y 15 en zona B", rememora el secretario de AEMA. Ahora, sin eurotaxis en la calle, vuelve a pedir comprensión al colectivo de discapacitados. En julio, la organización de Font describió la maniobra de estos taxistas como “ilícita” y “punible”. Pero tres meses después conductores y pasajeros caminan en la misma dirección.

Los eurotaxistas han tomado la decisión de paralizar el servicio tras reunirse, dicen, con el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, y el director general de Transportes de la Comunidad de Madrid, Federico Jiménez de Parga.

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