La oposición lamenta el “año perdido” para hacer frente a la crisis económica

Todos los partidos de la oposición (EH Bildu, PSE-EE, PP y UPyD) coinciden en que el año transcurrido desde que el PNV, con Iñigo Urkullu a la cabeza, ganase las últimas elecciones autonómicas supone un "año perdido" para hacer frente, entre otras cuestiones, a la crisis y a sus consecuencias.

Cuando faltan dos días para que se cumpla un año desde que el pasado 21 de octubre el PNV ganase los comicios, el resto de partidos del arco parlamentario explican sus impresiones sobre este periodo con un partido en el Ejecutivo en minoría, al contar con 27 de los 75 escaños de una Cámara a la que ha regresado la izquierda abertzale tras años de ilegalización.

La izquierda abertzale no solo ha vuelto a ocupar una bancada en la Cámara, sino que se ha convertido en la segunda fuerza política de Euskadi, con 21 parlamentarios. Esta circunstancia hizo pensar a muchos nacionalistas, según EH Bildu, que habría "grandes avances en clave de soberanía" con la suma de sus escaños y los del PNV, avances que también se podrían dar en los ámbitos social, económico y de solución del conflicto tras el cese de la actividad de ETA.

Sin embargo, la coalición abertzale lamenta que esas expectativas no se han cumplido porque "el PNV ha apostado claramente por el autonomismo" y por eso "ha dirigido todas sus iniciativas políticas a la confluencia de intereses con el PSE y el PP, hasta culminar con su reciente pacto tripartito en materia fiscal".

Para EH Bildu, este año ha sido un "tiempo perdido" para responder a las "agresiones" de Madrid en materias como el repago sanitario, la ley Wert, los recortes al personal de las administraciones públicas y la reforma laboral. También lo ha sido para sacar al Gobierno de Rajoy de su "inmovilismo irracional" con el fin de "abordar la resolución definitiva del conflicto político".

La portavoz de la ejecutiva del PSE, Idoia Mendia, opina que "Euskadi no está mejor que hace un año" porque ha sido un periodo "baldío y de parálisis" y considera que la legislatura comenzó en realidad en septiembre, cuando peneuvistas y socialistas rubricaron el pacto fiscal "y de país", al que se ha sumado también el PP.

A su juicio, sería injusto achacar a la acción o la inacción del Gobierno problemas como la crisis de Fagor, aunque, no obstante, ha estimado que el Ejecutivo de Urkullu "no ha contribuido a aminorarlos". "En su regreso al poder el PNV ha mostrado falta de ideas y de iniciativas para hacer frente a los retos de la crisis económica y ha perdido un tiempo precioso tratando de desmontar avances conseguidos por el Gobierno de Patxi López", ha lamentado.

El portavoz del PP en el Parlamento, Borja Sémper, plantea que se ha caído el mito de buen gestor del PNV porque no ha tomado ninguna decisión que demuestre que tiene músculo y capacidad de acción en un momento de crisis como el actual. También ha calificado el inicio de la legislatura como "un año en blanco" y ha criticado que el desconcierto que vive el Gobierno quiere suplirlo "con anuncios cada vez más reiterativos" sobre el derecho a decidir. Advierte Sémper de que el lehendakari cada vez habla más de este tema y lo ha atribuido a "una estrategia del Gobierno para tapar su incapacidad de gestión".

En el mismo sentido que el resto de grupos, Gorka Maneiro, de UPyD, concluye que éste ha sido un "año perdido", con la perspectiva de un futuro que puede ser aún peor a la vista de los "tics soberanistas del PNV y la presión de EH Bildu", lo que podría dar lugar a una "vuelta de las obsesiones rupturistas del nacionalismo vasco".

Maneiro ha criticado que el Ejecutivo en este año no se ha enfrentado a la crisis, ha frenado la reducción del aparato institucional y frente a ETA "ha pretendido asentar la falsa teoría del conflicto político".