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Teo prohibirá actuaciones urbanísticas que permite la Xunta

El Ayuntamiento intenta evitar que se legalice una pirotecnia que explotó en 2006

La Xunta del PP modificó varias veces en los últimos años la Lei do Solo de Galicia (Lei 9/2002) para, entre otras cuestiones, legalizar naves industriales en suelo rústico (el que no ha sufrido transformación urbanística o se quiere preservar inalterado). En parte esa manga ancha vino motivada por la presión de alcaldes de todos los colores políticos. Pero hay un pueblo en Galicia que ha iniciado el camino contrario: restringir en su plan de urbanismo lo que la ley ahora permite en todos los municipios. Es el ayuntamiento de Teo, gobernado por Martiño Noriega, cabeza visible de Anova, la formación de Xosé Manuel Beiras.

Teo está tramitando ante la Consellería de Medio Ambiente una modificación de su plan de urbanismo en la que critica “la situación de conflicto que provoca la continua revisión de la ley autonómica de ordenación urbanística sobre el régimen del suelo rústico”, el que por definición debe destinarse a “fines agrícolas, forestales, ganaderos, cinegéticos, ambientales o a otros usos vinculados a la utilización racional de los recursos naturales”. Teo lamenta que en las “diversas modificaciones” de la Lei do Solo “se introducen una serie de nuevos usos y actividades hasta ahora prohibidos”. Entre ellos, se permiten las pirotecnias, el desencadenante de la iniciativa de Teo.

En febrero de 2006 explotó en este municipio que linda con Santiago una empresa pirotécnica que causó importantes daños a varias decenas de viviendas próximas. Ahora sus propietarios podrían legalizar esas instalaciones, ubicadas en suelo rústico, y reanudar su trabajo, algo que el Ayuntamiento quiere impedir para evitar riesgos futuros. Aunque el concejal de Urbanismo, Rafael Sisto, no limita a ese caso concreto la modificación urbanística que promueve. “Nació con esa intención, pero queremos proteger más todo el suelo rústico”, explica, “porque el problema muchas veces no es que haya actividad industrial en medio de una aldea, sino los vertidos o los ruidos, muy perjudiciales para los vecinos”.

Teo argumenta en la documentación que tramita ante la Xunta que su plan de urbanismo, aprobado en julio de 2010, prohibía esos usos industriales en suelo rústico de acuerdo a la Lei do Solo entonces vigente, lo que permitió “consolidar las potencialidades de este tipo de suelo”.

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