“Para investigar solo nos queda la vía del mecenazgo”
El arqueólogo confía en la ley de mecenazgo para impulsar proyectos en el conjunto
El arqueólogo José Escudero (Hinojosa del Duque, Córdoba, 1962) cumple seis meses como director del museo y el yacimiento de Medina Azahara, uno de los conjuntos arqueológicos medievales más grandes e importantes de Europa. Al frente de la gestión de la antigua ciudad palatina omeya del Califato de Córdoba del siglo X debe compaginar los recortes económicos, la mejora de las infraestructuras y la labor científicaEl arqueólogo José Escudero (Hinojosa del Duque, Córdoba, 1962) cumple seis meses como director del museo y el yacimiento de Medina Azahara, uno de los conjuntos arqueológicos medievales más grandes e importantes de Europa, con 112 hectáreas. Al frente de la gestión de la antigua ciudad palatina omeya del Califato de Córdoba del siglo X debe compaginar los recortes económicos, la mejora de las infraestructuras y la labor científica.
Pregunta. ¿Qué le pasó por la cabeza cuando la Junta le propuso ser director del Conjunto Arqueológico Medina Azahara?
Respuesta. Primero tuve miedo, después me hizo mucha ilusión. Pero sobre todo, lo consideré un reto. Sencillamente. He trabajado durante mucho tiempo aquí como técnico. Y tras mi etapa en el Museo Arqueológico creí que ya podía estar en otras cosas.
P. Llega usted en un momento de reducción de presupuestos. ¿Cómo encaja la gestión de un espacio enorme como Medina Azahara con los recortes?
R. Se encaja con dificultad. Simplemente tenemos que adaptarnos a la situación y tirar para adelante de la mejor manera posible. Hacemos lo que podemos, aunque es obvio que de donde no hay no se puede sacar nada. Pero tenemos margen, hay en marcha proyectos y trabajamos en el día a día.
P. ¿Se contempla la participación del sector privado en Medina Azahara para hacer convenios de investigación?
R. Por supuesto. Esa es la vía, y más después de la futura ley de mecenazgo que espero que se apruebe el año que viene en el Parlamento andaluz. Es la única vía. Y de hecho, tenemos ya proyectos de colaboración, como el que llevamos a cabo para intervenir en el salón Rico, que es un patrocinio, una financiación privada de la World Monuments Fund Europe. También hay un acuerdo de colaboración con el Instituto Arqueológico Alemán que ha estado trabajando y va a seguir colaborando en investigaciones del yacimiento. Estamos intentando, a partir del convenio marco entre la Consejería de Cultura y las Universidades andaluzas, encauzar proyectos de investigación.
P. Medina Azahara ha sido una gran escuela para arqueólogos de todo el mundo. ¿Lo puede seguir siendo a pesar de la crisis? Ya se habla de fuga de cerebros en el sector científico.
R. Canalizar ese potencial lo intentamos hacer, en principio, recibiendo a estudiantes en prácticas. Los prácticas obligatorias que se piden para los grados en Historia o en Historia del Arte y otras carreras se pueden hacer aquí. Les estamos recibiendo y obtenemos una simbiosis: ellos reciben una experiencia formativa y nosotros obtenemos un trabajo adicional.
P. Entre los peligros a los que se enfrenta Medina Azahara, siempre se cita el de la presión urbanística e industrial.
R. Eso pertenece al momento del boom inmobiliario de hace unos años y las cosas quedaron muy claras gracias a la Junta, que se posicionó rotundamente. La categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) que se le impuso a Medina Azahara es la protección jurídica máxima que permite la ley. De esta forma, determinadas presiones urbanísticas se han ido desinflando y ya no constituyen un peligro inminente. Además, en estos momentos de crisis, donde el sector más afectado es la construcción, menos todavía.
P. Uno de los objetivos y las ilusiones más importantes de los expertos es que se logre unificar el museo de Medina Azahara con el yacimiento. ¿Lo veremos alguna vez?
R. Sí, lo veremos. Pero no sé cuándo. Es un proyecto muy complejo, donde está implicada la investigación arqueológica de la medina —que está aún sin excavar—, la localización y adecuación de los caminos históricos que se usaban en la época, la propia conexión con la zona excavada... Es un proyecto bastante costoso que debe plantearse como una estrategia a medio y largo plazo. Ahora mismo es una idea que está en barbecho. Es un tema recurrente en todas las programaciones del conjunto arqueológico.
P. Su llegada a la dirección y la salida de su antecesor, Antonio Vallejo, suscitó alguna polémica entre un sector científico. ¿Se siente respaldado?
Una vida en torno a la ciudad palatina
José Escudero era hasta hace seis meses conservador del Museo Arqueológico de Córdoba, cargo que ejerció los últimos cuatro años y medio. Escudero es un viejo colaborador de Antonio Vallejo, anterior director de Medina Azahara, y se inició bajo su mando en la arqueología, excavando en la propia ciudad omeya desde 1986. Allí trabajó como técnico durante 20 años. “Medina es mi segunda casa”, dice. Su llegada no estuvo exenta de cierta polémica entre un sector del mundo científico que desconfiaba del nuevo cambio de rumbo. Se llegó incluso a recabar firmas para pedir explicaciones a la Junta sobre este giro al frente del museo y el yacimiento. Pero Escudero siempre ha encajado con deportividad aquellas críticas. Y entiende que “las firmas se recogieron en favor de Medina Azahara. Así que bienvenidas sean”.
R. Siempre me he sentido perfectamente respaldado. Aquí hay una cuestión clave: el equipo es fantástico, es muy reducido por circunstancias de la crisis —dos técnicos, dos restauradores, personal de vigilancia y mantenimiento y tres personas en el núcleo administrativo— pero todos funcionamos como un auténtico equipo. No hay fisuras, todos vamos en la misma dirección y quiero pensar que lo que se está haciendo se hace de forma consensuada entre todos. En ese sentido, la estructura jerárquica que tiene cualquier institución de la Junta se dulcifica un poco con la discusión de todos los problemas y posibilidades en el seno del equipo. Siempre con una toma de decisiones conjuntas.
P. ¿Y con respecto al mundo científico?
R. Pues ahí está el Instituto Arqueológico Alemán, por ejemplo. Pero el respaldo no debe ser al director del conjunto, el respaldo debe ser al conjunto del yacimiento y a su calidad.
P. Con respecto a la calidad de las instalaciones, cuando usted llegó dijo que había que atender ciertas mejoras en la infraestructura. Este verano, el museo estuvo sin luz unos días por un accidente en la instalación eléctrica.
R. Esos son los imponderables que nunca puedes esperar. Fue especialmente dramático. Estuvimos una semana sin luz porque la avería era importante pero ya está en vías de solución definitiva. De aquí a pocas semanas se terminará de resolver. En el resto de cosas se está trabajando. Ya se ha publicado en el BOJA la licitación del concurso para adjudicar la cafetería. Se está trabajando también para eliminar unas goteras dentro de los servicios centrales de la Consejería de Cultura porque es un problema estructural del edificio. Pero quiero aclarar que no afecta en absoluto a la integridad de las piezas.
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