Los Chikos del Maíz
Llegará el día en que salgamos oficialmente de la crisis según las estadísticas y aquí no se entere ni Cristo
La economía es una ciencia extraña en la que no por mucho madrugar, amanece más temprano, ni dos y dos suman cuatro, ni el que la hace la paga. Estas son cosas que una va aprendiendo tarde, como todo en la vida.
Ahora el Gobierno pretende hacernos creer que en España estamos empezando a ver los primeros brotes verdes gracias a los contratos basura, a los salarios raquíticos y a que se han restringido bajo mínimos históricos los derechos a la educación, la sanidad y las prestaciones sociales. O sea que todos felices. Hay que celebrar que los parámetros macroeconómicos empiezan a estabilizarse aunque la gente esté cada vez más arruinada. Llegará el día en que salgamos oficialmente de la crisis según las estadísticas y aquí no se entere ni Cristo, porque todos sigamos con el agua al cuello y con el mismo número de parados, o más. Son misterios de la economía que seguramente se nos escapan a los que somos de letras puras.
Ya sabemos que pintan bastos, pero que alguien me explique por favor un solo caso en la Historia en que la reducción de salarios se haya traducido en un aumento del empleo. Lo único para lo que han servido los recortes salariales y los contratos temporales desde los tiempos de Dickens es para que los empresarios se ahorren una pasta y aumenten sus beneficios a costa de los trabajadores. En otras palabras: los pobres más pobres y los ricos más ricos. Eso lo saben hasta los conejos de monte que nunca han leído a Marx.
La confederación de empresarios españoles es un organismo muy sacrificado, que cuando tiene que hacer cosas abominables las hace, sobre todo, por respeto a sus principios. Cuenta entre sus filas con delincuentes tan ilustres como su anterior presidente, el señor Díaz Ferrán, que está entre rejas por atraco a mano desarmada y otros delitos supermillonarios. Su sucesor, Juan Rosell, es un abanderado de los derechos humanos, por eso defiende que se acaben algunos privilegios, totalmente desorbitados, que tenían los obreros, como las bajas laborales por enfermedad o las indemnizaciones por despido. El objetivo es que todos los contratos laborales sean igual de precarios y de ahora en adelante no haya diferencias odiosas entre los trabajadores. Ya ven, un adalid de la igualdad como San Felipe Neri o así.
Según sus cuentas, el éxito económico de nuestro país pasa necesariamente por el empobrecimiento de la población y el deterioro galopante de las condiciones de vida de las familias. A este paso, en menos de siete años, 15 millones de españoles traspasarán el umbral de la miseria. Las matemáticas nunca han sido mi fuerte, pero si la recuperación consiste en eso, casi que nos sale más a cuenta seguir en crisis.
O sea que estamos solos en el mundo, como quien dice, el IVA, ustedes y yo. Pero podría darse el caso de que la CEOE tuviera que comerse sus brotes verdes con patatas y a ritmo de rap, porque como cantan los Chikos del Maíz: el miedo va a cambiar de bando. No se pierdan las letras de estos chavales valencianos que batallan con versos improvisados a pie de calle. Habrá que estar muy atentos a los próximos conciertos. Macroeconómicos, claro.
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