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Lo que eclipsa la consulta

El encrespado debate soberanista ha dejado en un segundo plano la escasa actividad legislativa del Gobierno Los recortes siguen aplicándose sin debate

Pasqual Maragall y José Montilla solían lamentarse cuando eran presidentes de la Generalitat de que el eterno debate sobre el nuevo Estatuto catalán tapaba el resto de su acción de gobierno. Por más escuelas que inauguraran y barrios que rehabilitaran solo se hablaba del Estatuto. Algo parecido le está ocurriendo a Artur Mas con el proceso soberanista. El debate sobre la autodeterminación apenas deja espacio para hablar de lo otro. La diferencia sustancial es que hasta hoy Mas ha vivido cómodamente esta situación. El debate sobre la autodeterminación ha ayudado al Gobierno de CiU a que otros debates incómodos sobre los recortes, la falta de Presupuestos o la errática reforma de la administración hayan quedado en un segundo término.

Desde el comienzo de la legislatura el Parlamento catalán solo ha aprobado una ley. Y fue, precisamente, sobre una medida que CiU no llevaba en su programa electoral: el aumento del impuesto de transmisiones patrimoniales que afecta a la vivienda usada. En este periodo el impulso de leyes también ha sido más que limitado por parte del Gobierno. Es rara la reunión del Consell Executiu que acaba con la aprobación de un anteproyecto de ley. En este comienzo de curso político solo uno ha visto la luz. Y se trata precisamente de una ley para apoyar el proceso soberanista a través de la Acción Exterior catalana.

La oposición acusa al Gobierno de Artur Mas de “maquillar” su escasa obra de gobierno con la aprobación de planes interdepartamentales de difícil fiscalización y proyectos piloto. Ambas medidas son, en muchos casos una suerte de mezcla de medidas ya en marcha con otras que se anuncian de forma reiterativa. Es el caso de la reforma del Servicio de Empleo de Cataluña. Los trámites para aprobar leyes también se publicitan hasta el extremo en un intento de transmitir la imagen de que la producción legislativa no se ha interrumpido. La mayor parte de reuniones del Gobierno acaban con el anuncio de que se ha puesto en marcha la “memoria preliminar al inicio de la tramitación de un anteproyecto de ley”. Entre este anuncio y la aprobación efectiva de la ley pueden pasar fácilmente más de seis meses, admite el Ejecutivo.

El Parlament solo ha aprobado una ley en lo que va de legislatura

El Gobierno de CiU es consciente de su escasa producción legislativa e insiste en que lo importante es la calidad de las leyes más que en su cantidad. Sin embargo, la oposición discrepa. No solo en cuestionar el concepto de “calidad”, sino especialmente por las formas. Y es que la mayor parte de textos legislativos impulsados por el Gobierno han llegado a la cámara en forma de Decreto ley, lo que reduce el debate a la mínima expresión. De esta forma, se han aprobado hasta siete decretos en asuntos capitales como el impuesto sobre depósitos bancarios, el impuesto de patrimonio, de prórroga presupuestaria o de simplificación normativa.

Las quejas de la oposición solo se escucharon cuando el Gobierno catalán decidió prorrogar los Presupuestos y evitar debatir los recortes al considerar que el Ejecutivo de Mariano Rajoy había sido cicatero al repartir los objetivos de déficit entre Aministraciones. Sin haber tenido que dar explicaciones en el Parlament, a lo largo de este año el consejero Andreu Mas-Colell ha ejecutado los mayores ajustes de toda la crisis. La ejecución presupuestaria hasta junio reveló una bajada del gasto en sanidad del 20% y del 10% en enseñanza. En total, el gasto social se vio reducido en 1.293 millones en el primer semestre.

El gasto social se vio reducido en 1.293 millones el primer semestre

Esa voluminosa rebaja del gasto público podría haberse evitado —al menos en 500 millones— con un aumento de los ingresos a través de la batería de nuevos impuestos y tasas que se pactaron con ERC en los acuerdos de estabilidad parlamentaria, como el de las centrales nucleares, los pisos vacíos o la contaminación aérea. Su entrada en vigor ha quedado finalmente postergada a 2014. Por el camino el Gobierno ha perdido la tasa que gravaba las bebidas azucaradas ante la presión de las empresas norteamericanas.

Como consecuencia, algunas consejerías se han convertido casi exclusivamente en meras gestoras de los recortes. La oposición intentará en el debate de política general que comienza este miércoles en el Parlament que el Gobierno tenga que explicar su labor más allá de impulsar el proyecto soberanista. Será difícil. El Gobierno de Artur Mas está intentando que el debate sirva, fundamentalmente, para que del Parlament salga una declaración lo más unitaria posible a favor del derecho a decidir. Este es un resumen de la labor de los departamentos y de algunos de sus proyectos que siguen en el aire.

Con información de Clara Blanchar, Dani Cordero, Ivanna Vallespín, Rebeca Carranco y Antía Castedo.

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