Valencia gasta 6,8 millones en intereses de demora por facturas en los cajones
Este año se han abonado gastos de 2011 por el alquiler de los coches oficiales
El plan de pago a proveedores al que el Ayuntamiento de Valencia se acogió en 2012 debía limpiar de antiguas facturas los cajones del Consistorio. Así lo vendió entonces el vicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, tras solicitar un préstamo de 183 millones del plan. Año y medio después, la oposición denuncia que la costumbre del Gobierno que preside Rita Barberá de centrifugar los pagos sigue plenamente vigente y que los cajones no están limpios de deudas.
En los ocho primeros meses de 2013, el Ayuntamiento de Valencia lleva gastados 6,8 millones de euros en intereses de demora por pagar fuera de plazo facturas de contratistas, certificaciones de obra o expropiaciones. Las Administraciones públicas están obligadas desde enero pasado a pagar a los contratistas en un máximo de 30 días o de lo contrario abonar un interés de demora que, para el segundo semestre del año, es del 8,5%, según publicó el BOE.
Si Barberá reservó en su presupuesto cinco millones de euros para intereses, a 31 de agosto se había gastado 6,8 millones, dos millones de lo previsto para todo el año y un 31% más de lo destinado el año pasado.
“Con ese dinero”, critica el grupo municipal socialista, “se prodría construir un polideportivo como el de Malilla, que se adjudicó por 7,3 millones de euros, o tres centros de salud como el de Nou Moles, valorado en 2,2 millones”.
Las finanzas municipales de Valencia son precarias: la deuda tocó techo en 2012, la Generalitat prácticamente intervenida por el Gobierno, le adeuda transferencias de otros años y el Gobierno Local presupuesta por debajo de lo que gasta. “Por eso cada año quedan facturas pendientes para los siguientes ejercicios”, denuncian los socialistas.
Este año, por ejemplo, se han abonado los gastos de renting de los vehículos oficiales de los concejales y de la alcaldesa de 2011.
El Consistorio cambió a mediados de 2012 los vehículos oficiales de la marca Ford Mondeo por otros del modelo Fiesta. Una medida de ahorro que los socialistas consideraron puramente estética porque suponía mantener un gasto de 388.000 euros por el nuevo contrato de renting. Hasta principios de 2013 no afloraron de los cajones municipales 30 facturas de renting de los coches del equipo de gobierno por 148.000 euros, que estaban pendientes desde el segundo semestre de 2011. Sólo por el coche oficial de la alcaldesa se pagan 2.038 euros al mes.
En cuanto al nivel de deuda, la tercera capital española debe más de lo que es su presupuesto anual. Acabó 2012 con un pasivo de 977 millones de euros, según el Banco de España, cantidad que ha rebajado a 930 millones de euros.
Barberá reconoció el pasado viernes, en la comparecencia posterior a la Junta de Gobierno, el esfuerzo de la Corporación para recortar su pasivo. “Somos el Ayuntamiento que más ha rebajado la deuda pública en España en el segundo trimestre. Concretamente un 11%”, presumió la alcaldesa.
Desde que Valencia se acogió al plan de proveedores, el Ayuntamiento se comprometió a no concertar nuevas operaciones de endeudamiento entre 2013 y 2022, según la documentación que entonces distribuyó el Gobierno Local. Los socialistas alertan de si esta limitación al crédito no acabará llenando los cajones del Consistorio de facturas pendientes. Entre 2007 y 2011, el gobierno municipal destinó solo 34 millones de euros al pago de intereses de mora, “que podrían haberse ahorrado con una programación rigurosa de ingresos y pagos”, añadieron desde el grupo de la oposición.
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