Los Molinos reclama a 20 entidades religiosas que paguen el IBI
El alcalde solicita a las hermandades que paguen el impuesto de “forma voluntaria” Ellas se amparan en la ley para no hacerlo
El pueblo de la sierra madrileña de Los Molinos tiene probablemente una de las tasas más altas de congregaciones religiosas por kilómetro cuadrado. En este municipio de 4.500 habitantes han encontrado su lugar una veintena de órdenes. Los maristas, las hermanitas de los pobres, San Juan de Dios, claretianos… Los carteles que indican el lugar de residencia o retiro de las diferentes hermandades se suceden en esta localidad. Nadie sabe explicar el por qué de esta alta tasa de religiosos en Los Molinos, pero la mayoría de las congregaciones llevan viviendo aquí desde hace más de medio siglo. El alcalde, Juan Pablo González (PSOE), piensa que las órdenes deberían empezar a pagar el IBI (Impuesto de bienes inmuebles) de las propiedades que ocupan en el pueblo. Los religiosos no están dispuestos a prescindir de este privilegio fiscal y alegan que la ley les ampara.
“Ha llegado el momento de que se planteen contribuir a soportar los costes de los servicios o infraestructuras que ustedes mismos precisan”, escribió el regidor en una misiva que hizo llegar hace un mes a los representantes de las congregaciones. La carta está firmada por el gobierno municipal al completo, compuesto de los concejales de Izquierda Unida, el partido Primero Los Molinos y el alcalde socialista, quien afirma que “esto no es ninguna persecución a la Iglesia, solo queremos una compensación por lo que dejamos de ingresar”. La Ley de Fundaciones y el Concordato que el Estado español firmó con la Santa Sede en 1979 exime a la Iglesia de este impuesto, por eso González pide a las congregaciones que aporten esa cantidad de forma “voluntaria”.
El regidor asegura que las congregaciones deberían pagar en torno a 90.000 euros al año al Ayuntamiento, que tiene un presupuesto anual de 4,5 millones, por todas sus propiedades. En el cálculo, solicitado por González y elaborado por un contable, no se incluyen los edificios dedicados exclusivamente al culto. Las órdenes religiosas tienen una veintena de fincas en el pueblo con edificios que dedican a la oración y al retiro pero también tienen hospederías y una imponente propiedad en la que hay una residencia de ancianos. El alcalde, sin embargo, afirma no tener conocimiento de que en estos edificios se lleve a cabo ninguna actividad económica, a pesar de que un letrero en una de las calles indica claramente “residencia de ancianos”.
El texto no sentó bien a los religiosos, que incluso lo colgaron en el corcho a la entrada de la iglesia del pueblo. Los representantes religiosos respondieron con otro documento por escrito en el que explican que usan el dinero que se ahorran al no pagar el IBI en “resolver problemas personales y familiares” del municipio y aducen que están exentos de ese impuesto “como también lo están otras instituciones”. El escrito cita a la Guardia Civil o la Cruz Roja como ejemplos de organismos que tampoco lo pagan.
El hermano marista Evelio Camarero fue el encargado de llevar la carta al alcalde. Guarda en una de sus carpetas un panfleto que los miembros de Izquierda Unida repartieron por el pueblo a raíz de la polémica en el que se asegura que “algunos vecinos no pagan los impuestos”. “Eso es una mentira”, señala con tranquilidad aunque algo molesto a las puertas de la residencia que la congregación tiene en el pueblo, “nosotros pagamos lo que nos corresponde, pero el tema del IBI no depende de nosotros, sino del Estado y la Iglesia”. Al complejo en el que él vive acuden regularmente grupos de escolares para celebrar convivencias y pagan una cantidad “simbólica” por el hospedaje. “Que vengan a ver nuestras cuentas, nosotros no ganamos dinero con esto, cada mes hay que pedir dinero a la casa provincial”, puntualiza el hermano.
Javier Alonso es el portavoz del PP en el consistorio y fue alcalde entre 2003 y 2011. Él también cree que Los Molinos merece una compensación por el IBI que deja de recaudar por la exención de la Iglesia, pero no comparte las formas de la actual corporación municipal. El ex regidor solicitó en su momento por escrito al Ministerio de Hacienda una compensación del agravio, porque el popular considera que hay que dirigirse “a los de arriba” para solucionar este problema. Su grupo no firmó la carta a las congregaciones: “No pueden desinformar a la gente en un tema tan sensible. Las congregaciones solo cumplen la ley”.
No es el primer asalto de la lucha por el IBI en este enclave. Un juez eximió a los hermanos Maristas de pagar los 10.000 euros del impuesto de bienes inmuebles de 2011 por un complejo hotelero que gestiona la hermandad en el municipio y que ese año ingresó 244.000 euros. La justicia se pone, de momento, de parte de las congregaciones.
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