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Ordóñez se escuda en el secreto para no explicar cómo controló a las cajas

El exgobernador del Banco de España insiste en que aprobo la fusión gallega como un "mal menor"

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en una comparecencia en el Senado en 2012
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, en una comparecencia en el Senado en 2012

El que fue gobernador del Banco de España de 2006 a 2012, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, asegura que al final de su mandato el organismo que dirigía “adoptó decisiones” para controlar las millonarias remuneraciones e indemnizaciones de los directivos de las cajas de ahorros gallegas ya fusionadas. Pero se niega a revelarlas amparándose en que los servicios jurídicos del Banco de España no le dejan. Así que opta por recordar que también la Xunta tenía capacidad de controlar esos salarios millonarios.

Ordóñez es una de las personas que  ha declinado asistir a  la comisión de investigación del Parlamento de Galicia sobre las cajas de ahorros. Pero ha atendido sus preguntas por escrito y, tras una primera tanda de respuestas, esta mañana entraron en la Cámara sus nuevas contestaciones a las repreguntas que le formuló el PP, el único grupo que ha participado en los cuestionarios por escrito. Inquerido por su control sobre los salarios de los directivos de las entidades, Ordóñez indica que, una vez que en 2011 cambió la normativa que le era de aplicación, “el Banco de España ha venido adoptando las decisiones correspondientes en el ámbito de sus competencias en esta materia”. Pero argumenta que no puede detallar esas decisiones porque son secretas. “Las concretas actuaciones realizadas respecto de los directivos de Novacaixagalicia no pueden ser comunicadas a esa Comisión, toda vez que, según me informan los Servicios Jurídicos del Banco de España, se encuentran sometidas al régimen especial de reserva previsto”, explica Ordóñez, quien recuerda que tampoco se las detalló a otros parlamentos autonómicos.

Frente al secreto de sus actuaciones, el ex gobernador recuerda que, aunque la Xunta nunca nombrase representantes en los consejos de administración que pudiesen tener conocimiento de los salarios de los directivos y legislar para evitarlos, la normativa autonómica le permitía hacerlo.

En sus respuestas, Fernández Ordóñez insiste en limitar la capacidad de control de las cajas que tenían no solo el Banco de España sino incluso el Gobierno y recuerda que la contabilidad del sector se regía fundamentalmente por directivas europeas luego modificadas.

Sobre la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, Ordóñez asegura que “existían opciones alternativas” que “llegaron a conocimiento del Banco de España”, pero “no llegaron a presentarse oficialmente para su aprobación”. De su conocimiento de esas otras opciones, Ordóñez asegura que “presentaban a priori una mayor consistencia y fortaleza” que la fusión, que acabó autorizando como “un mal menor”, insistiendo así en la expresión que ya empleó en sus primeras respuestas hace un mes.

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