La última modelo cantante

Como todos los veranos desde hace ya más de una década, el Mas i Mas Festival se convierte en el bastión musical de la capital catalana. Más de cuatrocientos conciertos en todos los formatos y en los más diversos estilos se dispersarán por diferentes locales barceloneses hasta el 11 de septiembre con nombres como Hermeto Pascoal, la Sun Ra Arkestra o Lou Donaldson. El Palau de la Música acoge esta noche (21 horas) la inauguración de la 11ª edición y lo hará con una apuesta tan arriesgada como atractiva: Imany, nombre que por aquí dice poco pero que en otros países, Francia a la cabeza, y con un solo disco es ya en referencia con ventas sorprendentes en esta época de crisis discográfica.

“He comenzado con la música un poco tarde, a los 26 años”, se autodefine Imany, sentada junto a la piscina de un céntrico hotel barcelonés. “Era modelo, viví en los Estados Unidos siete años y mi primer disco es muy personal porque son historias que me pertenecen y con las que he intentado ser lo más auténtica posible”.

Imany es el nombre de guerra de Nadia Mladjao, nacida hace 34 años cerca de Marsella en una numerosa familia originaria del archipiélago de Comores. Tras una reputada carrera como modelo en Nueva York regresó hace tres años a Francia para grabar su primer y único disco, The shape of broken heart. El éxito le sonrió a pesar de tratarse de canciones que, a contra corriente, juegan con la proximidad. “Mi música no es acústica por azar”, prosigue. “Aquí una guitarra suena siempre como una guitarra, lo que no sucede con los instrumentos electrónicos. Hoy en las radios suena mucha más música electrónica pero la música que la gente guarda en sus corazones, la que la gente ama siempre, es la acústica porque está más cerca del corazón. Actualmente la gente busca cosas más sólidas, auténticas”.

Imany no es la única modelo que ha saltado al mundo de la música pero quizá sea la única que lo ha hecho con un puñado de canciones propias alejadas de la moda estándar. “No crecí en un entorno musical. Mi padre era militar y la música no fue algo que mi familia me inculcara. Me gustaba la música pero cuando me propusieron hacer de modelo no me lo pensé mucho, era mucho mejor que trabajar en un McDonald’s como mis compañeras. Viajé e intenté olvidar la música pero la idea siempre regresaba hasta que decidí cambiar”. Algo del mundo d ela moda le ha servido, por ejemplo “comprender, desgraciadamente, que la imagen era importante en la música”.

Cuando Imany decidió dar el salto regresó a Francia, pero con un cargamento de canciones escritas en inglés. “Comencé a escribir en Nueva York y me salieron así, por reflejo. Después escribí otras en francés pero las inglesas eran mejores por eso el disco es todo en inglés. En Nueva York actué en pequeños festivales y locales, hice una maqueta pero me di cuenta de que es demasiado grande, hay artistas por todas partes. Pensé que no tendría espacio para crecer y evolucionar. Así que volví a casa. Si iba a ser duro, en Francia tenía mi familia. Ya lo dicen: ‘New York is a very lonely city’ y es cierto”.

El disco fue platino inmediato en varios países (en España aún no ha llegado). “Hace ya dos años pero he estado de gira continua sin tiempo para escribir. Tengo entre 15 y 20 canciones nuevas pero necesito el doble para poder escoger las mejores y grabar. Seguirán la misma línea pero cambiarán sencillamente porque yo he cambiado. Las primeras las escribí siendo modelo, ahora soy cantante; todo ha cambiado, he envejecido, ¡es la vida!”.