El 16% de los usuarios de Cruz Roja ha perdido su casa
La entidad se suma a las exigencias de una renta mínima
El quinto informe del Observatorio de Vulnerabilidad de Cruz Roja sobre vivienda es un puñetazo. Realizado a partir de encuestas a sus propios usuarios, no solo muestra como sus respuestas explican cada día una realidad más cruda, sino que el propio perfil de los usuarios también es cada vez más preocupante. Para empezar, por ejemplo, ya no es que el 41% tenga deudas por impago de alquiler o hipoteca o el 48% pueda perder su vivienda; es que 16% de quienes atiende la organización ni si quiera vive en su casa. Vive realquilado en una habitación, se ha ido a vivir con parientes, en casa de amigos, ha ocupado ilegalmente o responde que vive en una infravivienda.
De hecho, el 39% de los usuarios de Cruz Roja se han visto obligados a cambiar de domicilio en los últimos cuatro años por motivos económicos, la mayoría buscando un alquiler más barato. La primera conclusión del estudio es clara: “Más empobrecidos y con un techo más precario”. “La sociedad necesita una renta mínima de inserción para las personas que realmente la necesitan”, ha clamado el presidente de la entidad, Josep Marquès.
El 43% no puede poner la calefacción y el 3% tiene el agua cortada o no tiene agua
El informe muestra como la pobreza energética, la que señala a quienes entre otras cuestiones no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada, asciende hasta el 58%. Bajando al detalle, el 43% no puede poner la calefacción y el 3% tiene el agua cortada o no tiene agua. O como la sobreocupación de viviendas vuelve: casi el 35% de los encuestados viven en pisos donde sus habitantes disponen de menos de 15 metros cuadrados cada uno. Unas situaciones, que provocan que el 82% de los preguntados aseguren que les afectan emocionalmente.
El informe del Observatorio también refleja el drama de los desahucios. En esta edición de julio de 2013, el 15% de los encuestados han sido desahuciados (sobre todo de pisos de alquiler) o están en proceso: un porcentaje que se ha multiplicado por cuatro desde la primera edición del estudio hace dos años. Brutal resulta observar como las redes familiares de los usuarios de Cruz Roja no pueden ayudarles ante una situación tan extrema como un desahucio (solo al 5,6% les ha acogido la familia), mientras que el 16% han ocupado una vivienda, han alquilado una habitación o viven en caravanas o habitaciones.
Durante las 60 demoledoras páginas del estudio aparecen testimonios de usuarios de la organización o profesionales de la atención que narran como ante la falta de recursos priorizan la alimentación y llegan a descuidar la higiene o narran la angustia y depresión que provoca tener que irse de casa porque no la pueden pagar.
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