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La Xunta reclama 13 millones en ayudas a T-Solar y la firma esgrime falta de dinero

La empresa liquidó toda actividad y en mayo despidió a los 170 empleados

Los trabajadores durante su encierro
Los trabajadores durante su encierro NACHO GÓMEZ

T-Solar, la segunda mayor fábrica de paneles solares de España, deberá devolver 13 de los 65 millones de euros de ayudas públicas concedidos en solo cinco años. Eso, siempre que encuentre el dinero. El conselleiro de Industria, Francisco Conde, anunció ayer la apertura de un expediente al grupo Isolux-Corsan (propietario de la factoría) para el reintegro de estas ayudas “al constatar el incumplimiento de las condiciones pactadas para su recepción en lo referente al mantenimiento de la actividad y los puestos de trabajo”. La empresa liquidó toda actividad y en mayo despidió a los 170 empleados que mantenía contratados mediante un ERE aceptado por los sindicatos.

Sin embargo, el administrador concursal cuestiona que las subvenciones puedan ser reintegradas a las arcas públicas. Luis Pérez Gil (administrador de otros grandes concursos como los del Rayo Vallecano o Clesa) explica que el Gobierno gallego “está en su derecho de reclamar el dinero; otra cosa es que haya activos para devolverlo”. “Todas las subvenciones se han invertido en la compra de inmovilizados y las circunstancias económicas ahora son las que son”, asegura. A pesar de la ingente cascada de ayudas públicas concedidas por la Xunta, el Gobierno, la Diputación de Ourense y las cajas de ahorro rescatadas, T-Solar declaró una deuda de 61 millones. Entre las soluciones en estudio para hacer frente a la situación se encuentra la venta de la tecnología adquirida para la fabricación de paneles, aunque esta opción dificultaría el traspaso de la empresa. “Si vamos a liquidación, enajenaremos activos e intentaremos hacer frente a las obligaciones con terceros”, explica Pérez Gil. La empresa británica Sunfilm UK Limited ofertó hace un mes y medio 2,2 millones por las instalaciones y el mantenimiento de los puestos de trabajo. Esta propuesta resulta insuficiente para los administradores concursales: “Tenemos una tasación actualizada que dice que la fábrica vale mucho más que esos dos millones. Si se mejora, podría fructificar la venta”.

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La Xunta reclama ahora, con los empleados en la calle, que “se mantenga el compromiso que garantice los puestos de trabajo”. Sin embargo ayer no era día para diálogo alguno con los afectados. El conselleiro no escatimó en carreras para escapar de una veintena de empleados que le persiguieron “en busca de respuestas” durante una visita a otras tres empresas del mismo polígono en el que se ubica T-Solar. Tampoco se acercó a las instalaciones situadas a dos kilómetros y donde medio centenar de trabajadores permanecen encerrados desde hace dos semanas. Conde matizó: “Tenemos interlocución con el comité de empresa”, pero este órgano está disuelto desde la formalización del ERE. Fuentes de la empresa han confirmado a este diario que han denunciado “a las personas que ocupan la fábrica porque es una ocupación ilegal hecha por alguien que no ostenta ninguna representatividad”. Estas fuentes reclaman acciones inmediatas “para salvaguardar los activos de la compañía” porque “nadie hace nada para resolver esta situación y las responsabilidades ahora serán de quién no hace nada”.

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