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crítica | teatro
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Unas ‘criadas’ para Javier Tomeo

La compañía mexicana Vaca 35 convierte ‘Las criadas’ de Genet en un enfrentamiento ritual

Javier Vallejo

En México, Lo único que necesita una actriz es una gran obra y ganas de triunfar, tema y variaciones a partir de Las criadas, de Genet, se representó en el minúsculo lavadero de la azotea de una casa de vecinos, donde cabían solo diez espectadores. En Madrid, la misma función se está haciendo en un almacén subterráneo del Matadero, en un ambiente no menos buscadamente sórdido y claustrofóbico: en 15 metros cuadrados, 20 espectadores y dos actrices extremadas compartimos el obsesivo ritual de limpieza que Solange, la criada delgadita, está ejecutando en camisón por orden de su hiperbólicamente obesa hermana Claire, durante un juego de roles en el que aquella hace el papel de ésta, que a su vez interpreta el de la señora de la casa.

Mientras Solange lava la ropa en una desbastada pila de piedra, la aclara compulsivamente y la tiende (las tres cosas a la vez), ella y su hermana disparan el texto a velocidad de metralleta, con el estruendo de un bazuca, para que impacte. Todo está exacerbado y llevado al límite en este espectáculo, que transmite una desazón acorde con la que palpita en la obra original y que desprende verosimilitud en el fraternal enfrentamiento a cara de perro, culminado por el golpe de panza que Claire le propina a Solange y que ella le devuelve con una fuerza inimaginable en un cuerpo tan pequeño.

Pronto, este primer bloque de Todo lo que necesita una actriz…, ceñido al texto genetiano a grandes rasgos, se desvela como un ensayo general: teatro dentro del teatro, dentro del teatro a su vez. En el bloque siguiente, las hermanas celebran una performance en torno a la comida y al tema del maltrato, y otra en la que, dentro de una tina monumental, Clara baña a Solange premiosamente, lo que en el contexto de los mexicanos Vaca 35. Teatro en Grupo evoca los rituales que hacían Jodorowsky, Arrabal y compañía en tiempos del teatro pánico. También la circularidad que sugiere el final de la pieza está muy en línea con lo que Ionesco y Genet proponían por aquel entonces.

LO ÚNICO QUE NECESITA UNA ACTRIZ ES UNA GRAN OBRA Y GANAS DE TRIUNFAR. A partir de ‘Las criadas’ de Genet. Intérpretes: Diana Magallón, Mari Carmen Ruiz. Dirección: Damián Cervantes. Compañía Vaca 35. Matadero/Festival Fringe. Hasta el 13 de julio. La Casa de la Portera. 15 de julio. Sala Kubik Fabrik. 17 de julio.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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