“Necesitamos un Gobierno de concentración de fuerzas”
Manuel Gil es el portavoz municipal del PSOE en Manilva

El PSOE ha empezado a mover ficha en Manilva. El portavoz del grupo municipal socialista, Manuel Gil, tacha de “caótica” la situación del municipio, no sólo por los casos de enchufismo y las presuntas irregularidades detectadas en la gestión de la alcaldesa, Antonia Muñoz, sino porque su baja de IU, junto a la de sus siete concejales, deja al equipo de Gobierno local sin el paraguas de una formación política. A su juicio, es necesario un cambio, y su partido se ha puesto manos a la obra. “La única forma que vemos de dar estabilidad al Ayuntamiento es que haya un Gobierno de concentración de fuerzas políticas”.
Este giro se presume, a priori, complicado, aunque la historia política de Manilva, en la que han existido pactos de todos con todos y de todos contra todos, indica que nada es imposible. Gil, en cualquier caso, es cauto. “No quiere decir que lleguemos a buen puerto, pero hay que intentarlo”, precisa. El PSOE se ve legitimado para tomar la iniciativa porque es el partido de la oposición con más concejales, cuatro, frente a los tres del PP.
La alcaldesa y sus siete concejales, que tras su baja de IU pasarán al grupo de no adscritos, se apoyan para gobernar en los dos ediles de la agrupación socialista del Manilva, liderada por el exsocialista e imprevisible Emilio López Berenguer. Si PSOE y PP quieren promover una moción de censura, necesitan el apoyo de los dos independientes.
Al margen de los movimientos políticos, Gil denuncia “las represalias” que han sufrido los militantes socialistas por parte de la regidora, que gobierna de forma ininterrumpida desde 2007. “Aquí ha habido mucha gente que ha bailado al ritmo que ha marcado, con palmaditas en la espalda (…) Nosotros, si nos hemos tenido que enfrentar a ella, lo hemos hecho”, afirma. El portavoz del PSOE habla del “miedo” que existe en el municipio. “El que se la hace (a la alcaldesa), se la paga; ésa es su política”, añade el concejal.
Y luego está la situación financiera de las arcas municipales. “No se paga la Seguridad Social, ni el IRPF a Hacienda y luego está la deuda con los proveedores”. La gestión municipal “prácticamente se centra” en pagar la nómina mensual de los trabajadores.
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