Duran no descarta dejar la dirección de CiU por las críticas de su socio

Tras una semana marcada por los dardos cruzados entre los dirigentes de Unió y Convergència, el líder democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, ha evitado hoy cerrar la crisis y ha dejado abierta una incógnita: su permanencia como 'número 2' de la federación nacionalista. La propuesta la habían hecho tres dirigentes democristianos el miércoles, tras las duras críticas que Duran había recibido por sus constantes desmarques del proceso hacia la consulta. Mas habló con el democristiano el jueves para cerrar la crisis y le emplazó a ceñirse al guion, pero la respuesta de Duran ha sido clara: continuará con sus críticas.

"Se ha hablado sobre si debo continuar o no en la secretaría general de CiU: de esto, y de lo que haga falta, ya lo hablaremos donde lo tengamos que hacer", ha escrito Duran en su carta semanal a los militantes de Unió. La dirección democristiana tratará el tema en la próxima reunión de su ejecutiva, el día 1 de julio. Duran ha lamentado las críticas que recibió el sábado por parte de dos personas que ocupan la secretaría general en funciones de CiU, Josep Rull y Lluís María Corominas: "Me criticaron con dureza. Es obvio que no me gustó, que me disgustó, y que lo consideré muy injusto". Rull y Corominas le pidieron lealtad con el programa electoral. Lo mismo le reclamó Mas al democristiano.

Tras tratar con Duran, el presidente de la Generalitat emplazó a los suyos a bajar el tono contra sus socios de federación. El líder de Unió celebra la gestión de Mas, pero no se amilanará y continuará con sus críticas. "Continúo pensando y seguiré diciendo lo que pienso y he dicho. Espero que la llamada del presidente Mas para que la gente de CDC deje de criticarme sea suficiente". Antes de hablar de su puesto en la dirección de CiU,  Duran ha querido defender el comportamiento de Unió en la crisis: "Nos guste más o menos lo que Mas diga o haga un día determinado, no recibirá ninguna crítica pública ni personalizada o anónima vía tuit".