La Sindicatura presenta las irregularidades del Sant Pau

En plena crisis del hospital de Sant Pau, los grupos parlamentarios escucharon ayer de primera mano el cúmulo de irregularidades en la gestión de la institución, que han provocado la imputación de una veintena de exdirectivos por el juzgado de instrucción 22 de Barcelona. El encargado de detallarlas fue Andreu Morillas, miembro de la Sindicatura de Cuentas —órgano fiscalizador de las administraciones— que explicó el sobrecoste de las obras del nuevo hospital —38,5 millones de euros sin incluir equipamientos, en cuyo caso alcanza los 77 millones de euros, según datos internos del centro—, o el hecho de que dos de las fases constructivas y varios contratos se adjudicaran a dedo. También que el exgerente adjunto Ricard Gutiérrez siguiera cobrando el sueldo —más de 140.000 anuales— entre 2004 y 2011 tras dejar el cargo.

La Sindicatura auditó las cuentas de las dos fundaciones principales de Sant Pau (la patrimonial y la de gestión) de 2009. Algunos diputados relacionaron las irregularidades con la crisis del hospital, que carece de patronato tras la dimisión en bloque de sus cinco miembros y al que la Generalitat ha exigido presentar un concurso de acreedores. “Aunque el consejero de Salud [Boi Ruiz] culpabiliza a los trabajadores, el informe certifica que esto viene de lejos”, declaró José Maria Villegas (Ciutadans). David Compañón (ICV) criticó la postura “irresponsable” del consejero, mientras que Jordi Terrades (PSC) achacó la crisis al “déficit crónico de financiación” del hospital.

El síndico presentó también su informe sobre la fundación Instituto de Alta Tecnología (IAT), que quebró con un agujero de 4,6 millones después de que ni el Patronato de Fundaciones ni los patronos públicos —tres hospitales— controlasen sus cuentas.