Unió denuncia “amenazas” contra Duran por sus opiniones sobre el soberanismo

Unió Democràtica de Catalunya siempre ha tenido como máxima prioridad preservar su personalidad diferenciada de Convergència dentro de la federación CiU. No es de extrañar, pues, que los democristianos hayan recibido especialmente mal la petición formal de Convergència para que Josep Antoni Duran Lleida deje de cuestionar el proceso independentista y se ponga a remar en la misma dirección que Artur Mas y Oriol Junqueras. El secretario general de la formación, Josep Maria Pelegrí, alzó este domingo la voz para pedirle a sus socios de federación que dejen de cuestionar al líder democristiano máxime cuando, dijo, éste ha recibido “amenazas” por sus ideas sobre el proceso.

Pelegrí explicó que alguien dijo a Duran recientemente “si sigues así acabarás mal”, una “amenaza inadmisible en política", aseveró. Fuentes del partido aclararon posteriormente que estas supuestas amenazas no procedían de ningún miembro ni dirigente de Convergència, aunque tampoco aclararon quien las profirió ni en qué contexto.

El secretario general de Unió destacó que “Duran es una persona respetable que tiene la libertad y legitimidad para manifestar sus opiniones y nadie en un Estado democrático tiene derecho a amenazar su integridad”. En cuanto a las declaraciones de este domingo del vicesecretario de Coordinación Institucional de CDC, Lluís Corominas, en las que instó a Duran a dejar de “generar dudas” dentro de la federación de CiU en cuanto al proceso soberanista, Pelegrí replicó que Unió no cuestiona ni el programa electoral de CiU ni el pacto de legislatura con ERC. “Pedimos que algunos dirigentes de CDC dejen de cuestionar las decisiones tomadas de forma conjunta y coordinada entre CDC y UDC”, afirmó Pelegrí.

“Pedimos que algunos dirigentes de CDC dejen de cuestionar las decisiones tomadas entre CDC y UDC”, afirmó Pelegrí

El secretario general de Unió aseguró que los democristianos “quieren hacer una consulta al pueblo catalán y la quieren ganar”, pero tienen derecho a opinar porque “no estamos en un país de pensamiento único”.

Aunque las disensiones entre Unió y Convergència son una constante, con altibajos, desde el mismo momento en que se coaligaron, en los últimos meses han subido el tono hasta extremos que en otros momentos habrían hecho peligrar la convivencia de ambos partidos. Solo las conversaciones que de forma habitual mantienen Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida mantienen a raya el riesgo de ruptura. Con todo, ambos partidos admiten que CiU puede romperse si un día se celebra la consulta independentista. Duran asegura que Unió rechaza la independencia, mientras que Convergència admite sin tapujos que su objetivo, más que la consulta en sí misma, es conseguir el “Estado propio”.

Esta situación hace que Unió no tenga ningún tipo de prisa para que se celebre la consulta. De hecho, el último gran encontronazo con ERC y con Convergència se ha dado al pedir Duran que el referéndum se retrase más allá de 2014. Desde Unió entienden que no se dan las circunstancias socioeconómicas que lo permitan además de admitir, en privado, que la ley de Consultas que tramita el Parlament no bastará para dar cobertura legal a la votación sobre la independencia de Cataluña. Más allá del proceso soberanista Unió sigue sin asumir que la Generalitat deba instaurar la media docena de impuestos que CiU y ERC acordaron en el pacto de Gobierno.