Y Obama doblegó a ‘Jaun Zuria’
La ley estadounidense contra los paraísos fiscales obligará a interconectar las haciendas
La tormenta viene de Obama y su famosa FATCA. Es una nueva ley americana contra los paraísos fiscales muy "imperialista", porque obliga incluso a quien no es americano. Digamos, para simplificar, que para acabar con el uso del secreto bancario por parte de sus ciudadanos, la FATCA obliga a todos los bancos que trabajan en Estados Unidos a informar al fisco americano de todas las cuentas que tengan abiertos los ciudadanos americanos en ese banco, aunque esas cuentas estén en otros países. Los bancos suizos, y en especial sus directivos, son blanco de esta ley ya que por un lado tienen que cumplir con las leyes suizas, que castigan con la cárcel a quien revele datos bancarios y por otro tienen que informar a los americanos de la existencia de esas cuentas, so pena de ir a la cárcel.
La cuerda se ha roto por el lado suizo. Dentro de unos días el parlamento suizo, con gran dolor y rasgado de vestiduras, aprobará la ley que deroga el secreto bancario para sus bancos afectados por la FATCA, lo que les permitirá cumplir con la ley americana, no sin pagarles además cuantiosas multas (varios miles de millones) por sus pecados pasados. Como reconocen los propios suizos: es el fin del secreto bancario suizo, pero no hay forma de resistir el envite. Un gran día para la humanidad.
¿Y Europa? Pues la lección de Obama ha tenido sus discípulos. Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y España han decidido copiar la FATCA y establecer un sistema similar, basado en la conexión automática de sus haciendas respectivas entre sí y con la hacienda americana. El acuerdo de esos cinco países se ha extendido, por pura presión política, al resto de los 27 países de la UE, de manera que a finales de este año el sistema debería estar aprobado en toda la UE y ser operativo en el año 2015. Solo Luxemburgo y Austria se resisten, poniendo la condición de que el FACTA europeo también incluya a Suiza.
Suiza no tiene mucho que decir ante la presión europea puesto que ya ha perdido su virginidad con Obama y solo pide que el acuerdo se extienda, vía OCDE, hacia sus competidores más tradicionales, como Singapur. Y el G8 se reúne este mes para dar ese espaldarazo a la extensión de la conexión automática a Singapur y otros 60 países. Un vasto espacio fiscal transparente del que se quiere extraer la fabulosa cifra de un billón de euros en nuevos ingresos fiscales. ¡A ver si es cierto, que falta hace!
¿Y los vascos? En la actualidad Gipuzkoa y Navarra tienen firmado desde el 2011 acuerdos con la hacienda central para la conexión automática. Pero Bizkaia, y Álava a su sombra, ha hecho bandera política del principio de que ningún ajeno puede ver los datos fiscales de un vizcaíno. Este principio parece que se alimenta de la legendaria batalla de Arrigorriaga, donde los vizcaínos al mando de Jaun Zuria (el señor blanco) vencieron al rey leonés y se ganaron el derecho a no combatir (gratis) más allá del árbol Malato. Pero los actuales neo-foralistas han rehecho la leyenda e incluyen un segundo derecho: el de que su hacienda foral no esté expuesta a miradas extranjeras.
Obama no conoce esta leyenda y ha barrido la resistencia vizcaína de un plumazo. Diga lo que diga José Luis Bilbao, los ordenadores de la Hacienda vizcaína estarán conectados automáticamente incluso con Madrid, Londres o Nueva York. Con ello, ha caído uno de los obstáculos simbólicos que impedían las negociaciones entre el PNV y el PSE-EE, que tenían en este asunto, junto con la intervención parlamentaria en temas fiscales, sus dos obstáculos insalvables. De ahí que, asumido lo de la conexión de los ordenadores oigamos la música de que se avecina un pacto político entre ambos partidos. Tiene su gracia que eso se produzca como un efecto colateral de Obama y su FATCA.
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