Botella dice que “no abandona la carrera” y la oposición en pleno la da por acabada
La alcaldesa de Madrid asegura que “nunca ha tirado la toalla” Jaime Lissavetzky la ve “resignada y desnortada” Ángel Pérez cree que los madrileños le demostrarán que “no todo vale” David Ortega denuncia que la capital ha tenido que ser rescatada por el Estado
“Madrid nunca ha tirado la toalla, nunca ha abandonado la carrera. No nos hemos abandonado a merced de los embates de la crisis, ni hemos esperado pasivamente a que la tormenta pasara. Hemos querido afrontar con plena responsabilidad la tarea que nos han encomendado los madrileños”. La alcaldesa, Ana Botella, se ha defendido con estas palabras de las dudas dentro de su formación sobre su aptitud y actitud para seguir en el puesto a partir de 2015.
La oposición, en cambio, la ha juzgado ya como incapaz, amortizada y resignada. Los portavoces del Partido Socialista, Izquierda Unida y Unión Progreso y Democracia han desmontado con cifras más que con adjetivos todas las medallas y promesas con las que la alcaldesa ha trufado hoy el debate sobre el estado de la ciudad. Sin apelar siquiera a diferencias ideológicas, atendiendo sólo a la marcha de la ciudad, la oposición ha desmontado los escasos brotes verdes reseñados por Botella.
Y han concluido dando ya casi por perdida lo que resta de legislatura. Ángel Pérez (IU) ha señalado: “Ustedes tienen más del 50% de los votos pero no el 100% el de la razón o el acierto político. Confundir lo uno con lo otro sólo muestra la sensación de impunidad en un Gobierno que lleva mucho tiempo [22 años] ejerciendo el poder y cree que todo vale. Y, tarde o temprano, la ciudadanía les demostrará que no todo vale”. Jaime Lissavetzky (PSM) lo ha expresado con versos de Mario Benedetti. “Inmóvil al borde del camino, se ha llenado de calma y sólo persigue reservarse del mundo una lugar tranquilo”, le ha dicho a Botella, para concluir: “Lento pero viene, el futuro se acerca, despacio pero viene, sin hacer mucho ruido ya está llegando”.
“En Madrid hay 257.500 personas en paro. Un número que ha crecido en el último año, aunque a un menor ritmo. La tasa de desempleo está prácticamente ocho puntos por debajo de la media nacional”, ha dicho Botella en su discurso. El líder de UPyD, David Ortega, ha puntualizado esas cifras: la tasa de desempleo ha pasado del 17,7% al 19,4% en el último año, hasta llegar a los 309.200 parados, según la Encuesta de Población Activa. La tasa de paro juvenil es del 47,6%. El año pasado desaparecieron 2.500 empresas y 14.500 trabajadores autónomos. La alcaldesa le ha echado en cara luego que “expurgue las estadísticas para hallar datos puntillosos”.
A ese diagnóstico, ha sumado Jaime Lissavetzky otra batería de indicadores: pese a que Botella refrendó el compromiso de Alberto Ruiz-Gallardón para crear 150.000 empleos, desde 2011 la ciudad ha ganado 63.700 parados. El 43% de desempleados se concentra en seis distritos del sur, lo que para la oposición demuestra el crecimiento de la desigualdad y la brecha entre barrios y la falta de cohesión territorial. Botella ha replicado a esto haciendo alusión a la diferencia de renta de Madrid con Andalucía o Extremadura.
Ángel Pérez ha recordado que la disminución del paro es menor en la capital que en el resto de la Comunidad o del país, y ha resumido su posición de esta manera: “Usted ignora al Madrid popular, las mareas, la lucha de la gente de la cultura, ignora a la gente sin subsidios, a la gente mayor con pensiones insuficientes, a los jóvenes en paro, a los desempleados de larga duración, a las mujeres, que están pagando la crisis de manera más dura… Porque su única preocupación y los cambios más importantes han sido los que se han producido dentro de su gobierno”.
“¿Hay equipo de gobierno? ¡Pero si esto ha sido un tiovivo! Y eso que tienen ustedes mayoría absoluta. En menos de dos años, han pasado 10 responsables de área de Gobierno y un alcalde que se ha ido. ¿Eso es estabilidad? La credibilidad es la clave de un equipo de gobierno, y ustedes no la tienen”, ha señalado David Ortega en referencia a las sucesivas crisis de Gobierno.
Respecto a la situación de las finanzas municipales, Botella ha presumido de tener superávit (879 millones en términos de contabilidad nacional). “El esfuerzo que hemos tenido que pedir a los madrileños y a los empleados públicos no ha sido en vano. Nos hemos basado en un principio: no gastar más de lo que ingresamos. Eso no es un principio contable, es una convicción política”, ha añadido. En realidad, es una obligación legal incluida en la Constitución desde 2011. Pero, sea como fuere, la oposición ha recibido con estupor esas afirmaciones, toda vez que la deuda, que en 2002, antes de la llegada de Gallardón y Botella al Ayuntamiento ascendía a 900 millones, en la actualidad ronda los 9.000 millones.
“Sabemos que tenemos una deuda muy grande que tenemos que pagar, pero estamos mejor que todas las comunidades autónomas y que el Estado”, ha replicado la alcaldesa, añadiendo: “El plan de proveedores nos ha permitido reducir casi a la mitad el plazo de pago”. El objeto de este plan era dejar a cero la deuda a proveedores, no reducir de un año a seis meses el plazo de pago. Tal y como ha recordado Ángel Pérez, esos 1.000 millones prestados por los bancos han sido lo que han permitido al Ayuntamiento cerrar técnicamente con superávit. “Ha sido un bótox financiero”, ha explicado Lissavetzky.
“A mí me gustaría que toda España estuviera al menos como nosotros”, ha exclamado la alcaldesa. Le ha replicado David Ortega llevándose las manos a la cabeza: ¡No, por Dios, no, con esa deuda y teniendo que ser rescatados por el Estado español, en UPyD no queremos que toda España esté como Madrid”. Antes, Botella había avanzado que en breve presentará el plan de reestructuración de las empresas públicas, que ya prometió en primavera de 2012 que estaría listo para después del pasado verano y nunca más se supo. Entre tanto, se han producido dos expedientes de regulación de empleo en empresas municipales, hay dos en proceso de fusión, una en quiebra técnica y otra al borde de la liquidación.
Los tres grupos de la oposición han hecho referencia a la situación crítica de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS); el portavoz de Izquierda Unida ha recordado que Botella prometió dedicar 200 viviendas antes de 2015 para las familias en riesgo de exclusión social, y por ahora se han concedido 77. “El stock de la EMVS da para mucho más de eso”, ha insistido Ángel Pérez. UPyD ha incidido en ese sentido, calificando de insuficiente esa medida teniendo en cuenta que se producen 1.200 desahucios al mes en la ciudad.
También ha recabado la crítica unánime de la oposición la sentencia del Tribunal Supremo que anuló el Plan General de Ordenación Urbana, censurando las maniobras legales de Gallardón para sostenerlo, y la forma en la que el Ayuntamiento está resolviendo esa catástrofe urbanística, que ha dejado en el limbo los nuevos barrios de la ciudad. “El Supremo ha tenido que ponerles firmes porque ustedes hacen un urbanismo a la carta”, ha dicho David Ortega. Jaime Lissavetzky ha calificado de récord digno del libro Guiness el prometer hace un año un plan urbanístico para 2015 y estar ahora en trámites de aprobar la revisión del plan de 1985, el anterior al anulado por la justicia.
“Usted está fuera de la realidad, no pisa los barrios, está en su palacio de Cibeles y no se entera. Su nota es suspenso bajo. Están resignados, desnortados, rendidos ante la situación. Han bajado los brazos y están pasivos. Ajuste, recorte, austericidio, esa es su única fórmula. Este es el año que vivimos resignadamente. Pero debemos rebelarnos contra la resignación y sacudirnos la pereza”, ha concluido el portavoz socialista. Ante esas críticas, que resumen el parecer de los tres grupos de la oposición, el Partido Popular ha recordado que cuentan con el respaldo de la mayoría de los madrileños (“por algo será”, ha dicho su portavoz, Enrique Núñez), y la alcaldesa ha prometido seguir gobernando de acuerdo con su programa y no con las premisas de la oposición.
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