La Generalitat renuncia este año a los ingresos por nuevas tasas
Los impuestos pactados con ERC siguen sin fecha de aprobación Ambos firmaron la creación de seis gravámenes nuevos
El pacto de gobernabilidad que Convergència i Esquerra Republicana firmaron en diciembre establece que la Generalitat recurrirá a nuevas figuras impositivas para generar ingresos y moderar así los recortes. El documento rubricado por Artur Mas y Oriol Junqueras enumera hasta seis nuevas tasas que se sumarían al impuesto sobre depósitos bancarios que el Gobierno aprobó en vísperas de cerrar el acuerdo con ERC. Tras haber recibido numerosas críticas de los lobbies económicos por este aumento de la presión fiscal, el Gobierno de CiU no está dispuesto por ahora a aprobar los nuevos impuestos. El argumento es que no quiere modificar la política de ingresos mientras no haya un acuerdo sobre el límite de déficit de la Generalitat. Pero el calendario corre y la Generalitat ya ha asumido que este año no podrá beneficiarse del rendimiento de las nuevas tasas. Si las hay.
“Antes de conocer el déficit, ni pondremos la firma a unos presupuestos que supongan más recortes, ni iremos a un escenario de mayor presión fiscal, cuando somos los campeones en impuestos y en los recortes”, afirmó ayer el consejero de Presidencia, Francesc Homs, tras la reunión semanal del Gobierno. La oposición de izquierdas interpreta que, en realidad, lo que pretende el Gobierno es no aplicar nuevos impuestos. Por otra parte, técnicamente nada impide que se aprueben los impuestos por ley sin esperar a los Presupuestos.
Los republicanos quieren aplicar cuanto antes los nuevos impuestos que pactaron
Los republicanos quieren aplicar cuanto antes los nuevos impuestos que pactaron con CiU en el acuerdo de legislatura haya o no presupuestos este año, pero subrayan que en primer lugar hay que tramitar la recuperación del impuesto de sucesiones, ya que el plazo para presentar el impuesto es de seis meses a contar desde el fallecimiento de una persona.
Según Homs, el Gobierno está dispuesto a revisar el impuesto de sucesiones pero siempre que sea, según dijo, “en el marco de elaboración de presupuestos y con un objetivo de déficit que hoy en día aún no es conocido”. El otro impuesto que el Gobierno aún no sabe cómo ni cuándo aplicará es el que grabará los depósitos bancarios.
Pero hay más. El acuerdo CiU-ERC establece también la puesta en marcha de una tasa ecológica sobre los despegues de los aviones comerciales. El Gobierno echó ayer balones fuera al ser preguntado al respecto. “No tengo conocimiento de esta tasa”, dijo el consejero de Empresa y responsable del área de turismo, Felip Puig. Tampoco hay noticias de la tasa sobre las bebidas refrescantes azucaradas, que motivó presiones de la Embajada estadounidense. Otro impuesto instaurado ya tras el estallido de la crisis, la que graba las pernotaciones turísticas, no está dando el resultado inicialmente previsto. De los cien millones que se preveía recaudar al principio por este concepto, el gobierno solo espera ingresar este año entre 35 y 45 millones.
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