Un jefe de la policía culpa a la oficial al cargo del Arena de la falta de efectivos
El responsable de Planificación dice que Jiménez no organizó bien el dispositivo También declara como testigo un vigilante de Seguriber
Nuevamente todas las acusaciones apuntan a la oficial jefe de Moncloa y responsable de seguridad del Madrid Arena, Cándida Jiménez, como la persona que no solicitó refuerzos ni planificó de forma adecuada el dispositivo policial. El responsable de Planificación del cuerpo, Oskar de Santos, ha señalado esta mañana, en su declaración como testigo ante el juez que instruye el caso, que fue esta responsable la que no pidió refuerzos ni antes ni durante el evento celebrado en el pabellón Madrid Arena el pasado 1 de noviembre en el que murieron cinco jóvenes.
De Santos también ha acusado a la delegación de Gobierno en Madrid de no haber hecho una reunión previa de seguridad ya que, en su opinión, es la única responsable de estas reuniones cuando se prevén eventos con cierta peligrosidad.
El inspector De Santos ha explicado que remitió la orden de servicio del Madrid Arena el 26 de octubre y que en la misma se había fijado un riesgo medio de peligrosidad. Esto supone que al acto se iban a desplazar 14 agentes. Cándida Jiménez no tomó ninguna resolución hasta el día 30. Pero fue su superior, Gerardo del Rey, el que el mismo día 31 el que elevó el nivel de riesgo a alto, lo que suponía mayor número de agentes (cuatro más). “Ha reiterado que si hubiese pedido mayor número de efectivos antes o durante el evento se le habrían dado sin ningún problema”, han comentado los abogados de las fallecidas en un receso de la declaración.
De Santos ha considerado suficiente el número de agentes desplazados ya que “su prioridad en el Madrid Arena era el control de los accesos al pabellón” y no la celebración del botellón. Este responsable policial ha mantenido en todo momento, según los abogados, que se actuó y se planificó toda la fiesta conforme al reglamento y a la instrucción de servicio. En su opinión, los dos agentes que acudieron al Madrid Arena antes de la apertura de las puertas se dedicaron a verificar si se cumplían las medidas de seguridad en el recinto. Estos han mantenido, a través de diversos comunicados de la Delegación de Gobierno, que tan solo recogieron la documentación de la fiesta.
La declaración continúa ahora con Cristian Fraile, uno de los responsables de Seguriber que estuvo durante la celebración de la fiesta y que en principio se dedicaba a distribuir a los vigilantes por todo el recinto municipal. Fraile deberá aclarar quién ordenó abrir la puerta de la antigua cafetería, situada en la cota cinco, por la que entraron 2.500 personas a la pista central.
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