Un auditorio de 99,5 millones infrautilizado
El teatro de San Lorenzo del Escorial se ha llenado solo 100 veces en seis años
El Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial, que ha costado 99,5 millones euros, está infrautilizado. En seis años, de 2006 a 2012, ha acogido 300 espectáculos a los que han acudido 133.280 espectadores, según datos de la Comunidad de Madrid. “Una cifra que haciendo una simple división entre asistentes y número total de localidades supone que en seis años se habría llenado 99 veces”, señalan desde UPyD. Cada mes, 1,3 veces. Su aforo total es de 1.324 butacas, distribuidas en dos salas, la A para 1.044 espectadores y la B para 280.
Flaco resultado para un auditorio que ha costado 99,5 millones y que nació con la pretensión de convertirse en el Salzburgo (capital europea de la música clásica por excelencia) de la sierra. La construcción y el equipamiento escénico ascendieron a 65 millones, a los que a los que hay que sumar otros 44,5, debido a que los dueños del terreno expropiado denunciaron que el justiprecio calculado por la Comunidad —de 1,9 millones— no era correcto. Los tribunales les dieron la razón.
En la actualidad, la gestión y explotación de las instalaciones corren a cargo de la empresa Clece, que se hizo con el concurso convocado por la Comunidad de Madrid en 2009, junto con el de los Teatros del Canal. El contrato, con validez hasta 2015, exige a los gestores organizar tres festivales al año: en Semana Santa, verano y Navidad.
“Además, se utiliza para otras actividades que no se ven, como ensayos de otros montajes o para los encuentros de la joven orquesta de Madrid”, explica Jorge Culla, intendente de los teatros. “También tiene grandes posibilidades para la celebración de congresos u otro tipo de eventos de empresas, pero con la crisis esta actividad ha disminuido”, añade.
La primera piedra se puso en 2000, con Alberto Ruiz Gallardón como presidente de la Comunidad, que presentó el auditorio como una de sus grandes apuestas culturales. Pretendía que fuera sede de un gran festival que se convertiría, con el paso de los años, en referente internacional.
El día de la inauguración, en julio de 2006, parecía que sus planes iban viento en popa, a pesar de que se había abierto con cuatro años de retraso y del sobrecoste acumulado. La Reina Doña Sofía en el palco y el maestro italiano Ricardo Muti dirigiendo a la Orchestra e Coro del Maggio Musicale Fiorentino, que interpretó fragmentos de óperas de Verdi, auguraban actuaciones memorables. El festival de apertura tuvo un presupuesto de tres millones.
Desde 2009 y hasta 2015, la gestión y explotación de las instalaciones corre a cargo de la misma empresa que gestiona los Teatros del Canal, con Albert Boadella como director artístico. En la página web del auditorio la programación se vende como “en constante evolución, dotada de originalidad y diversidad”. Se trata de ofrecer al público “una enorme variedad de estilos y contenidos con un solo requisito común: la calidad técnica y artística de los productos presentados”.
Las instalaciones, dotadas de la más alta tecnología —solo el equipamiento escénico costó 25 millones— están concebidas para albergar grandes representaciones. Las butacas están dispuestas según el modelo de teatro a la italiana, lo que garantiza una máxima visibilidad y una audición perfecta en cualquier punto de la sala. Dispone de circuito cerrado de televisión, que permite un mejor control técnico y de producción.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.