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El tranvía de Jaén, 120 millones tirados a una vía muerta

El proyecto, terminado hace dos años, no se ha puesto en marcha por el conflicto entre el Ayuntamiento y la Junta Los convoyes aguardan en cocheras y el trazado se utiliza como aparcamiento

Ginés Donaire
JOSÉ MANUEL PEDROSA

El tranvía estaba llamado a ser el proyecto que modernizaría Jaén. De hecho, la construcción de los 4,7 kilómetros de trazado revolucionó la trama urbana local. Una especie de ciudad reinventada tras la eliminación de cuatro puentes y su sustitución por un gran bulevar donde los coches discurrirían paralelos al tranvía en medio de una extensa franja verde entre el norte y el sur de la capital. Pero todo fue un espejismo. Han pasado dos años desde que el sistema tranviario jiennense —que se construyó en un tiempo récord para una obra pública— quedó paralizado, antes incluso de su entrada en servicio. Fueron 120 millones de euros los que la Junta invirtió en esta infraestructura que hoy languidece entre la desidia ciudadana y el enfrentamiento estéril de las instituciones.

“Cada día que pasa es un despilfarro de dinero público”, decía la consejera de Fomento, Elena Cortés, en una de sus últimas visitas a Jaén donde no ocultaba el sonrojo que le produce a una Administración comprobar cómo los cinco vagones y la obra civil entregada en su día al Ayuntamiento se están apolillando. Y todo por una cuestión de lucha política. El tranvía jiennense se impulsó durante el anterior mandato socialista, pero su finalización coincidió con la llegada al poder municipal del PP, cuyo alcalde, José Enrique Fernández de Moya, nunca creyó en este proyecto y es rehén de la frase que pronunció en plena campaña electoral: “Nunca me montaré en el tranvía”.

El también calificado por el regidor como “el tranvía a ninguna parte” es, pues, el mejor exponente de dos concepciones muy diferentes sobre el modelo de ciudad que se quiere. El gobierno popular reniega de él —“es un medio de transporte del siglo XIX”, dijo— y, sobre todo, asegura que no puede asumir el coste del funcionamiento del servicio, estimado en unos cinco millones anuales. Tras fracasar el interés de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC), el Ayuntamiento volverá a licitar el tranvía, pero el alcalde ya ha anticipado lo que hará si persiste el desinterés empresarial en su explotación: “Me iré a San Telmo y le entregaré las llaves del tranvía al presidente de la Junta”, José Antonio Griñán.

Cabe entonces preguntarse qué hacer ahora con una obra de tal envergadura, que cada día que pasa sufre el deterioro del paso del tiempo y que, mientras, es utilizada por muchos conductores como improvisado aparcamiento público, sobre todo a la hora de entrada y salida de los colegios, ante la permisividad de la Policía Local. “Es una barbaridad dejar sin uso una inversión así, el Ayuntamiento y la Junta deben sentarse a hablar y buscar una solución”, señala María Cantos, presidenta de la federación de asociaciones vecinales de Jaén. Cantos lamenta la “falta de sintonía” de las instituciones para abordar este conflicto.

La auditoría presentada por el alcalde reveló que los costes de explotación del tranvía se estiman en 3,3 millones anuales, a los que hay que añadir 1,7 millones (durante 17 años) por el pago de la amortización de los cinco vagones que el Ayuntamiento debe pagar a la Junta. Teniendo en cuenta que se estiman 1,3 millones de viajeros al año, y al precio de un euro por billete, los ingresos municipales son escasos para hacer viable el servicio. “Si no tenemos ni para pagar las nóminas, de dónde sacamos cinco millones al año para el tranvía”, se pregunta Fernández de Moya, que habla una y otra vez de la “ruina” del Consistorio, con una deuda por habitante de 2.553 euros, la mayor del país tras Ceuta.

Pero la oposición municipal le recuerda que todos los servicios públicos son deficitarios por definición, poniendo como ejemplo que la recogida de basura o la televisión municipal le cuestan 10 y 3,5 millones anuales, respectivamente, y no se cuestionan. El Ayuntamiento se ve obligado también a subvencionar a la empresa de autobuses urbanos, y esta misma semana le ha tenido que transferir 450.000 euros para evitar la enésima huelga de trabajadores.

Precio asequible

Así las cosas, el alcalde jiennense plantea ahora la licitación de una concesión administrativa para su explotación, bajo la premisa de que no precise de subvención pública. “Es algo que es imposible, pues entonces no hablaríamos de transporte público colectivo con un precio asequible para la ciudadanía, independientemente de su renta”, replica el delegado territorial de Fomento, Juan Antonio Sáez. Y, al mismo tiempo, Fernández de la Moya pone también la pelota en el tejado de la Junta, a quien pide que participe en la cofinanciación del servicio. “El alcalde lo que tiene que hacer es poner ya en funcionamiento el tranvía”, le reprende Elena Cortés, quien, no obstante, ofrece toda la colaboración al Consistorio jiennense, que no pasa por participar en su explotación.

Fomento pone a disposición del Ayuntamiento de Jaén la asistencia técnica que puede prestar la Agencia de Obra Pública de la Junta, responsable de la construcción y explotación de los metros de Sevilla, Málaga, Granada o el tren tranvía de la Bahía de Cádiz, para explorar vías que garanticen la viabilidad económica y social del tranvía. Eso sí, se deja claro que para alcanzar la rentabilidad económica y social es necesario planificar la gestión del conjunto del transporte público de forma integral e intermodal. “Es también necesario trabajar en una integración tarifaria que favorezca la combinación del tranvía, autobuses urbanos e interurbanos”, indica Juan Antonio Sáez, tras recordar que hay líneas de subvención estatal al transporte público urbano.

Mientras, el PP ha pedido al Tribunal de Cuentas la realización de un informe de fiscalización de las inversiones y los gastos de mantenimiento de los tranvías construidos en diversas ciudades españolas, entre ellos los de Jaén y Vélez-Málaga.

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