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JOSÉ CHAMIZO Defensor del Pueblo andaluz en funciones

“Mi salida es una ‘vendetta’ por decirles que la gente está harta”

José Chamizo atribuye las prisas para sustituirle a sus críticas a los grupos políticos. “Soy incómodo porque digo la verdad”, sostiene.

Reyes Rincón
José Chamizo en la puerta de la Oficina del Defensor del Pueblo.
José Chamizo en la puerta de la Oficina del Defensor del Pueblo.Julián Rojas

Atiende por teléfono porque la noticia de su relevo le cogió tan a contrapié que tenía la agenda del día después llena de viajes fuera de Sevilla. El último mandato de José Chamizo (Los Barrios, Cádiz, 1949) como defensor del pueblo caducó hace más de un año, pero ningún grupo parecía tener prisa por renovarle o sustituirle hasta que todos empezaron a tenerla. “Soy incómodo porque digo la verdad”, sostiene.

Pregunta. ¿A qué atribuye las prisas para sustituirle?

“Valderas no ha sido leal conmigo y Griñán me ha defraudado”

Respuesta. Pienso que es una especie de vendetta de odio por aquello que dije de que la gente estaba harta de los políticos y que lo que tenían que hacer era arreglar los problemas de los ciudadanos. Si hasta los que me echan elogian mi trabajo, no veo otro argumento que no sea que les molesta el protagonismo de la institución.

P. El primer gran acuerdo al que han llegado los tres grupos es su relevo, ¿cómo lo valora?

“Desde que se fue Arenas, el PP es un club de pádel donde juegan los malos”

R. Eso significa que están de espaldas a la ciudadanía. Por mucho decreto de exclusión que aprueben, al final no se lo creen.

P. Dijo que creía inconveniente sustituir al defensor en plena crisis. ¿Lo mantiene?

R. No porque yo me quiera quedar, sino que creo que estamos en una situación muy delicada. La sociedad está efervescente, a la clase política no le llega cómo se está organizando el personal. Por eso creo que estos amortiguadores sociales hay que respetarlos. Por el bien de la sociedad y por el de los propios grupos políticos.

P. ¿Usted quería seguir?

R. Yo quería seguir un tiempo, como mucho un año más. Si la crisis no remonta al menos dejar determinadas cosas resueltas. Pero el que venga lo hará.

P. ¿Siente que se había convertido en una autoridad incómoda?

R. Ha sido últimamente tan incómoda que me eligieron por unanimidad y me echan por unanimidad. Soy incómodo porque digo la verdad y no quieren oírlo. Somos los que trasladamos lo que piensa la gente. Cualquier encuesta del CIS te dice que la clase política es un problema muy grave para la ciudadanía. Uno que está en medio lo que intenta es responder a la ciudadanía pero diciéndole a la clase política lo que la gente piensa. Y esto les molesta. Yo lo lamento pero yo estoy o he estado para eso. Y seguiré estando en la calle para eso.

P. ¿Notó que dejaron de quererle cerca cuando echó un rapapolvo a los políticos por perderse en sus enfrentamientos?

R. Absolutamente. Ahí me nombraron persona non grata.

P. ¿Todos los partidos?

R. Creo que sí. IU parece menos, pero el comportamiento de Diego Valderas es sospechoso.

P. ¿Por qué?

R. Porque no ha sido un hombre leal conmigo. Le llamé y no me ha devuelto la llamada en más de dos meses.

P. ¿Y de qué quería hablar?

R. No iba a pedirle que me mantuviera en el cargo, nunca hablo de mí a no ser que me pregunten. Le llamé para decirle lo mal que iba la dependencia, la necesidad de que el decreto que preparaban recogiera determinados aspectos. Pero decidió llamar a todo mi entorno, pero no a mí.

P. ¿Y el presidente Griñán?

R. Griñán me ha defraudado esta vez. Hace más de siete meses que le pedí una cita y no he sabido nada. No me ha llamado.

P. ¿En las últimas horas tampoco le ha llamado?

R. No. Solo me ha llamado el presidente del Parlamento. Y ya era, con todos mis respetos a Manolo Gracia, un poco de risa. Había salido en todos los teletipos y en todas las emisoras que los partidos habían llegado a un acuerdo para quitarme. Y el pobre me llama para comunicarme que habían llegado a un acuerdo. Anda que también…

P. Habla de que Susana Díaz y “un psicópata del PP” se empeñaron en quitarle. ¿Por qué?

R. Pido perdón a la consejera de la Presidencia, a la que llamé “chica”. No era mi intención ofenderle. Tampoco era mi intención ofender al PP. Yo utilizo mucho el término “psicópata” pero no en plan de enfermedad, pero bueno, lo retiro absolutamente. Lo que pasa es que hay comportamientos que no entiendo. Creo que han tenido que ser el presidente de la Junta y la consejera de la Presidencia los que han decidido. Con el PP, donde hay un pequeño grupo que me odia físicamente.

P. ¿Por qué le odian?

R. Creen que estoy vendido al PSOE. Últimamente en el PP no hay quien entienda nada. Desde que se fue Javier Arenas parece un club de pádel donde los buenos no juegan y están jugando los más malos.

P. ¿En general los políticos le han defraudado?

R. En los partidos hay gente maravillosa, pero no les dejan salir. La primera fila es muy bajita de tono, que me perdonen. Pero en el PP, el PSOE e IU hay gente estupenda, con cabezas muy bien puestas. No sé por qué mandan siempre los más mediocres.

P. ¿Es eso lo que menos le ha gustado de la política?

R. No me ha gustado la mala educación. Aunque yo pueda incurrir también en errores como esas dos palabras que dije ayer, fruto de una presión muy grande, muchas prisas y salí un poco disparatado, la verdad.

P. ¿Qué recomendaría a los políticos que hicieran para recuperar el crédito ciudadano?

R. Que dialoguen de verdad, que respondan a la gente. Hay más de 500 asociaciones que han pedido mi continuidad, miles de firmas que se han entregado al Parlamento y nadie le ha explicado a estas personas ‘mire, vamos a cambiarlo porque entendemos que lleva mucho tiempo’. Sería totalmente comprensible. Pero no hay diálogo. Los políticos tienen un mandato para servir a la gente, no para estar por encima.

P. ¿Usted se siente querido por la gente?

R. Muy querido. Veo que los políticos no se sienten así y me da pena porque hay algunos que sí merecerían ser más queridos.

P. ¿Qué va a hacer ahora?

R. Bailar (risas). Volver al movimiento asociativo, que es de dónde venía.

P. ¿Le tienta alguna oferta política que le han hecho?

R. De momento son ofertas, no tentaciones. Vengo de un mundo al que debo volver: la lucha social, estar en las barricadas, denunciar lo que se hace mal y premiar lo que se haga bien.

P. ¿Le gusta el perfil de Jesús Maeztu para sucederle?

R. Lo conozco hace muchos años, desde que él estaba de cura en el Cerro del Moro en Cádiz. Conoce la institución y eso es importante, aunque la que él dejó no es la de ahora. Me gustaría que fuera totalmente independiente, que no le coaccionaran, que no le manejara nadie. Creo que puede conseguirlo y estaré para la ayuda que necesite. Cuando no la necesite, desapareceré.

P. ¿Qué consejo le daría?

R. Que no se deje engañar por los políticos, sobre todo por los que son más amigos.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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