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LAS CONSECUENCIAS DE LOS RECORTES

Salud ordena a hospitales públicos enviar pacientes a centros privados

El de Mataró derivará este año 240 enfermos, un 45% más que en 2012

Fachada del Hospital de Mataró.
Fachada del Hospital de Mataró.JOAN SÁNCHEZ

Los duros recortes que el Departamento de Salud aplica a los hospitales públicos, que con los de 2013 ascenderán en algunos centros al 20% en solo tres años, tienen otra cara de la moneda: el aumento de pacientes de la sanidad pública que son derivados por el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) a centros privados. EL PAÍS ha tenido acceso a datos internos del hospital de Mataró —que atiende a una población de unas 250.000 personas— que revelan que este año enviará a la sanidad privada a 240 enfermos para ser intervenidos de prótesis de rodilla y cadera, próstata, juenetes, cataratas y túnel carpiano. Esta cifra es un 45% superior a los 165 que fueron derivados en 2012. Mientras, el hospital ha visto reducido su presupuesto de forma notable: solo en 2011 perdió siete millones de euros, un 8,6%.

 Médicos de Mataró consultados se oponen a esta práctica. Mantienen que el hospital podría asumir “sin problemas” la actividad que Salud les ordena enviar a la privada, siempre que el departamento restituya parte de los recursos perdidos con el tijeretazo. El departamento admite que la derivación a la privada es una práctica extendida en los centros públicos catalanes, aunque no ofrece los datos.

Dos hospitales recibieron en 2012 pacientes enviados desde Mataró. Uno es el Hospital Universitari del Sagrat Cor. En manos de la multinacional médica Capio desde 2011 —tras comprarlo a la Alianza—, actúa también como proveedor del CatSalut “sobre todo para aligerar las listas de espera quirúrgicas”, afirma en su página web. El otro es el Hospital Platón, de una fundación privada. Este año se incorporarán a la lista de centros privados beneficiados por las derivaciones desde Mataró otro hospital también propiedad de Capio —el General de Cataluña, en Sant Cugat—, y el Sant Rafael, de una congregación religiosa, también en Barcelona.

Todas las intervenciones derivadas forman parte de la lista de las 14 más comunes cuyo tiempo de espera máximo está garantizado por ley y no puede superar los seis meses. Pero las listas de espera han aumentado tanto con los recortes que los plazos ya no se cumplen en la mayoría de los casos.

Mataró deriva este año por primera vez prótesis de cadera y cataratas

Ana L., de 61 años, llevaba dos años esperando una invervención de juanetes en Mataró cuando la llamaron. “Me dijeron que tenía que ir al Sagrat Cor”, explica. “Sinceramente, la idea de cambiar de hospital no me gustó. Llevo varias operaciones, y todas en Mataró. ¿Pero qué podía hacer?”, se pregunta la mujer, que será intervenida en unos días.

Si el CatSalut es incapaz de cumplir los plazos máximos de espera, los pacientes tienen derecho a reclamar al departamento. “Si rechazan la derivación, pierden este derecho, aunque siguen en la lista de espera con la misma antigüedad”, explicó una portavoz del hospital de Mataró. Como en el caso de Ana, los pacientes derivados desde la capital del Maresme son personas que han superado ese plazo, lo que muestra que Salud —cuyo consejero, Boi Ruiz, asumió públicamente que los recortes aumentarían las listas de espera— utiliza ahora esta fórmula para aliviar la situación, que se ha convertido en uno de los indicadores más evidentes del efecto de los recortes sobre la atención sanitaria.

Atender a los pacientes en la privada no es más barato. Los precios de la actividad en unos y otros centros son “similares” en hospitales de complejidad parecida, explicó un portavoz del departamento. “Se derivan pacientes de centros con largas listas de espera a otros que tienen todavía capacidad para asumir más actividad”, justificó.

Pero los profesionales de Mataró no lo ven así. “Vamos a perder casi un 10% de la actividad, cuando tenemos capacidad de sobra para operar a esos pacientes aquí", critica un oftalmólogo.

“La privada solo opera; nosotros tratamos las complicaciones”, protesta un médico

Este año será el primero que se deriven pacientes pendientes de ser operados de cataratas, al igual que sucede con las prótesis de cadera y las intervenciones para curar el síndrome del túnel carpiano. Los datos de actividad del hospital de años pasados, sin embargo, atestiguan que el centro podría asumir esas operaciones. Mataró operó a 1.638 pacientes en 2010 a cargo del presupuesto de Salud, pero solo a 1.333 el año pasado, un 18,6% menos. En contraste, Mataró deberá derivar este año al Sagrat Cor al menos otras 120 intervenciones de cataratas. Además, en muchas de las 14 operaciones garantizadas, Mataró supera cada año (a cargo de su propio presupuesto) la cifra contratada por la Generalitat a principios de ejercicio.

Otro aspecto problemático es que, en el caso de las intervenciones más complejas, el hospital asume luego el seguimiento y la rehabilitación de los pacientes operados por la privada, lo que supone una parte importante del coste total del procedimiento. “La privada solo coloca las prótesis. Nosotros hacemos todo lo demás y nos ocupamos de las complicaciones si las hay”, critica Xosé López de Vega, traumatólogo y miembro del comité de empresa.

López de Vega mantiene que una parte importante de los pacientes —hasta un 60%— rechazan ser derivados a otros centros y que el hospital, al contrario de lo que afirma su portavoz, sí los saca de la lista de espera activa. “Las derivaciones sirven así para limpiar la lista”, afirmó.

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