“Los periodistas están subyugados por dar una lección a los políticos”
El escritor e informador Juan Cruz presenta en la Fira del Llibre de València 'Especies en extinción'
Escritor, periodista y agitador cultural, Juan Cruz contagia su entusiasmo. Hila ideas y palabras con asombrosa facilidad y responde a las preguntas con una rapidez que parece compadecerse mal con su "carácter nostálgico", según su propia expresión, o con la profundidad de sus descargas. "Los periodistas se han olvidado de la función social que es controlar el poder", contesta, a propósito de la promiscuidad entre periodismo y política. "En los años ochenta, había promiscuidad entre los periodistas y los banqueros y empresarios; en los noventa, era multilateral, y ahora los periodistas están demasiado subyugados por dar lecciones a los políticos. En fin, es un desastre", comenta el adjunto a la dirección de EL PAÍS y antiguo editor de Alfaguara (el mismo grupo editorial que el periódico, PRISA).
Cruz igual cita a Mario Vargas Llosa que a Ezio Mauro, el director de La Repubblica que cuando come con un político siempre abre su libreta y coge su bolígrafo para dejar clara la distancia. Del escritor peruano, recuerda la impresión indeleble que le produjo la lectura de La fiesta del Chivo. "Estaba en Estocolmo, porque le daban el premio Nobel a Günter Grass y sólo quería que se acabaran los actos para seguir leyendo. Es tan extraordinaria que, aunque ya sabes el final, no puedes dejar de leer", indica el autor de la reciente Especies en extinción (editorial Tusquets), que este sábado presenta en la Fira del Llibre de Valencia (a las 11.30). El escritor (y amigo) Fernando Delgado oficiará de presentador.
También le dejó una sensación imperecedera La lengua de las mariposas, de Manuel Rivas, por su capacidad de síntesis, "de contar la Guerra Civil en unas pocas líneas, de cómo se puede ser tan cruel, despiadado y cabrón". El no lo ha sido con los muchos escritores, editores y periodistas con los que ha trabajado y que pueblan su nueva obra. Arturo Pérez Reverte, Mario Vargas Llosa, Clara Sánchez y Manuel Vicent, entre muchos otros, desfilan por sus páginas. No es ningún ajuste de cuentas, sino un relato desde la memoria indecisa sobre unas especies en peligro de extinción que, sin embargo, tendrán una segunda oportunidad, según la propuesta poética de Gabriel García Márquez en el final de Cien años de soledad.
"Demasiadas actividades para tan corta estatura", dice de sí mismo el escritor tinerfeño de 63 años que, como editor, apostó por Latinoamérica ya en los años noventa.
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