ETA alerta sobre el “momento crucial” en respuesta al rechazo de sus exigencias

La banda terrorista ETA ha vuelto a evidenciar la inquietud que le supone el inmovilismo que paraliza el proceso de paz abierto en octubre de 2011 a partir de su renuncia a la violencia. Por medio de un comunicado, y en pleno proceso de debate interno sobre la situación política en Euskadi, la organización ha criticado otra vez a los gobiernos español y francés por negarse a abrir un proceso de negociación y al PNV porque "no ha adoptado compromiso concreto alguno".

Como reacción inmediata al rechazo de sus permanentes reivindicaciones, ETA ha advertido de que se asiste a "un momento crucial" para superar "el conflicto" en un intento de mantener la tensión sobre cuál puede ser su reacción si se mantuviera la ausencia de movimientos, principalmente relacionados con los presos. Es aquí donde ETA ha centrado esta vez con mayor intensidad su reivindicación al requerir de los gobiernos español y francés "la repatriación de los presos" y a eliminar "las medidas de excepción". La banda insta a "dejar de jugar con la vida y los derechos de los presos políticos" y vuelve a requerir la "presión popular".

Con este comunicado, ETA refleja también la esencia del debate interno que mantiene con la participación también de todos sus presos desde las cárceles. La banda terrorista prepara así sus conclusiones sobre el momento político, pero ya ha avanzado su preocupación por el incumplimiento de los acuerdos recogidos en la Conferencia de Paz de Aiete, previa al anuncio de su renuncia a la violencia. A su vez, insta a la izquierda abertzale a que no se mantenga como "espectador" del actual proceso sino que active las movilizaciones sobre todo relacionadas con los presos.

ETA ha aprovechado ahora las muertes de dos de sus militantes, Angel Figueroa y Xabier López Peña, Thierry para reactivar su exigencia sobre la repatriación de sus presos. En el texto publicado en los diarios Gara y Berria, se dice que ambas muertes "suponen expresiones más extremas de esa política de venganza" aplicada "contra el Colectivo de Presos Políticos Vascos" (EPPK), por parte de los Gobiernos de Mariano Rajoy y de François Hollande.

Thierry, ex número uno de la banda y responsable del atentado de la T4 de Barajas que dinamitó entonces un posible proceso de paz, falleció el 30 de marzo en el hospital de Pitié Salpêtriere tras permanecer ingresado en cuidados intensivos a raíz de un derrame cerebral, en la prisión francesa donde cumplía condena. A su vez, el expreso Angel Figueroa apareció muerto el 14 de ese mismo mes en su domicilio de Getxo (Bizkaia), después de que fuera excarcelado por padecer una enfermedad grave.

Pero ETA se detiene, a su vez, en el "bloqueo" político al que se asiste tras su alto el fuego definitivo. En su análisis cree "insultante" que se pretenda "echar la culpa de la situación" a los presos y de cargar toda la responsabilidad sobre la izquierda abertzale. Es ahí donde aprovecha para prolongar su conocida línea crítica con el PNV, a quien acusa de "su total lealtad al responsable del bloqueo, el Gobierno español". Incluso, recomienda a los nacionalistas que "aumenten el nivel de exigencia a los dos Gobiernos" y que empiecen "a hacer aportaciones positivas al proceso".

Al conocer esta nueva acusación se entiende el interés del lehendakari Iñigo Urkullu al desvelar el pasado lunes, durante su conferencia en Bilbao, el contenido de la propuesta sobre la flexibilización de la política penitenciaria que trasladó el pasado 3 de abril a Mariano Rajoy, durante su encuentro en La Moncloa. Urkullu apuesta por un proceso de reinserción en fases que conlleve siempre un reconocimiento previo del daño causado por parte de los presos, pero que sean correspondidas desde el Gobierno central favoreciendo en ese caso su situación penal. Al detallar su plan, el lehendakari demuestra así a ETA y a la izquierda abertzale que mantiene una implicación directa con el proceso de paz, pero desde una estrategia propia.