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Matas se lucró con la ACM desde 2003, antes de lo que investiga la Justicia

El ex secretario del ente municipal pagó 700 euros mensuales a la administradora de la sociedad presuntamente fraudulenta

Xavier Solà, a la izquierda y Josep Maria Matas
Xavier Solà, a la izquierda y Josep Maria Matas

Josep María Matas pagó entre abril de 2003 y septiembre del 2004 unos 700 euros mensuales en concepto de nómina a Eva Solé, fundadora y administradora única de Parés i Solé SL. Este nuevo dato se une a otras evidencias que demuestran que Matas creó esta sociedad instrumental para presuntamente desviar fondos de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), entidad que agrupa principalmente a ayuntamientos gobernados por CiU, mientras era su secretario general.

Sin embargo, la querella del fiscal Anticorrupción, admitida a trámite por el juez instructor, sitúa la entrada de Matas en la empresa en 2004. Mañana, Matas y Xavier Solà, ex número dos de Cultura la pasaada legislatura, comparecerán como imputados en el juzgado de instrucción número 17 de Barcelona. Otras cuatro personas lo harán en los próximos días.

Si el fiscal sitúa erróneamente la entrada de Matas en el año 2004, la ACM va más allá. En el acuerdo que Matas y la entidad municipalista firmaron el 20 de abril del 2012 se habla del 2007 como el inicio de las operaciones en las que Matas habría ganado un “beneficio excesivo” con Parés i Solé y cifra el dinero a devolver en 368.286 euros, muy por debajo de la cantidad total sustraída.

La Fiscaía pide 368.000 a Matas, cifra muy inferior a la sustraída

En cambio, las pruebas obtenidas evidencian que Parés i Solé fue desde el principio un instrumento ideado por Matas. Uno de los socios fundadores, Pere Parés, alcalde de Masnou por CiU, era su excuñado mientras que Eva Solé, periodista de Vic, —Matas era el presidente de CDC de Osona— recibía de este en 2003, año de la creación de la sociedad, 690 euros mensuales en concepto de nómina, cifra que subió a 711 euros en 2004.

Además, su hermana Isabel Matas, jefa de filas de CiU en Centelles, fue quien el 1 de abril del 2003 tramitó el certificado bancario de la aportación de capital social como apoderada de la oficina de Vic del Banco de Sabadell. El 8 de septiembre de aquel año Matas le envió un fax pidiéndole una transferencia entre Parés i Solé i un proveedor de la ACM.

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EL PAÍS ha contactado con los socios fundadores de Parés i Solé. En febrero del 2012, Pere Parés aseguró en un comunicado que cuando fue accionista de la sociedad entre 2003 y 2004 su excuñado no formaba parte de la empresa y que él no tuvo ninguna responsabilidad ni recibió retribución alguna. Añadió que los trabajos facturados tenían “una contraprestación contrastable”. Un año después, y ante las numerosas evidencias del presunto fraude, el tono de Parés es muy distinto. “Atendiendo a la querella presentada por la fiscalía me siento muy dolido con la actuación del Josep Maria Matas y de otros”, precisa en una somera respuesta a EL PAÍS en la que admite que, “si como parece ser por las informaciones aparecidas se demostrara la responsabilidad de Matas y otros, quiero expresar mi personal y total reprobación”. Eva Solé no desea realizar declaraciones. “No tengo nada que ver con todo esto”, señala.

Tras Solé, el administrador entre septiembre del 2004 y octubre del 2005 fue otro periodista, Joan Raventós, recién licenciado, a quien Matas fichó como jefe de la prensa de la ACM. Matas, le dijo que, por razones de organización interna de la entidad municipalista, haría su trabajo a través de Pares i Solé. Al joven periodista le pareció extraño pero accedió. Matas lo convirtió en el máximo accionista y administrador único e incluso puso su domicilio en Vilafranca como sede social. El 30 de septiembre del 2004, cuando se realizó el cambio de administrador a favor de Raventós, Matas aparece por primera vez formalmente en la sociedad en calidad de secretario. Ajeno a todos estos movimientos, Raventós hizo la labor periodística por la que le habían fichado y no firmó ningún documento. “Todas las gestiones las hacía Matas”, recuerda.

Tras la marcha de Raventós, Matas puso a Ramon Grau —también imputado— como administrador único. A este le pagaba 500 euros mensuales. Grau, concejal de Tona por CiU, era marido de Susanna Sardà, contable de Parés i Solé. Fue entonces cuando Matas se convirtió en socio único y trasladó la sede a un piso de Vic que había adquirido con el dinero de Parés i Solé. Fue así como la sociedad consolidó una estructura formal mínima que se mantuvo siete años, empezando un incremento de los ingresos de explotación.

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