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Un café, pero con soja

Los bares y locales que ofrecen productos ecológicos y caseros se multiplican en la capital Los panes de harina de centeno o de espelta y los distintos tipos de leche, lo más demandado

Una camarera de La Bicicleta ultima un desayuno.
Una camarera de La Bicicleta ultima un desayuno.LUIS SEVILLANO

Argentina es el segundo productor de soja del mundo. En cambio, sentarte en un bar y pedir un café acompañado de leche elaborada con esta legumbre es prácticamente imposible. Ni siquiera en la capital, Buenos Aires. En Madrid, sin embargo, está sucediendo todo lo contrario. Es cierto que no existen extensos cultivos de soja que cubran el horizonte español, pero las cafeterías que se apuntan a la tendencia de la leche de soja son cada vez más numerosas en la ciudad. La demanda ha aumentado de la mano de vegetarianos y veganos, intolerantes o alérgicos a ciertos alimentos o gente que, simplemente, quiere cuidarse más. Ya no valen las clásicas cafeterías castizas de barrio. La gente se ha aburrido del chocolate con churros o de la tostada con mantequilla. Están ávidos de más, de panes elaborados con harinas especiales, de zumos 100% naturales, de leches vegetales, productos orgánicos y vegetarianos. Y todo, por supuesto, hecho en casa.

En el barrio de las Letras, en una calle cualquiera y poco transitada, se encuentra la cafetería Azul de Fúcar (Fúcar, 5), un lugar donde se siente la calma. Una cafetería con encanto y el local indicado si lo que se busca es cambiar la clásica tostada de pan blanco por algo ecológico y natural. No es extraño pedir un café con leche de soja o un menú 100% vegetariano. Unos cuantos clientes llenan el local. Algunos están solos con el ordenador y otros charlan pausadamente con un amigo con un café en la mano. Los pedidos no se hacen a gritos entre los camareros e impera la tranquilidad, una característica esencial en estos negocios de moda.

Hamburguesa vegetariana ante una mesa con platos naturales de Motha.
Hamburguesa vegetariana ante una mesa con platos naturales de Motha.LUIS SEVILLANO

A dos pasos de este local, se encuentra una de las cafeterías que más éxito están teniendo en los últimos meses: Motha (Santa María, 39). Su oferta es casera, natural, ecológica y, según anuncian en una pizarra a la entrada, todo está hecho con amor. Un lugar lleno de optimismo y cocina sana, que utiliza productos de temporada para respetar los ciclos de la naturaleza. Esta cafetería dog friendly (acepta animales de compañía) tiene, además, una peculiaridad: no sirve leche de soja, sino de almendra, de avena, de nueces y de avellanas. Y es que las hacen ellos mismos. También elaboran sus propios panes, sus conservas y sus mermeladas. Un lugar acogedor, para pasarse la tarde con un buen libro y un café o para aprender algo más, ya que hacen talleres de pan y de catering homemade (hecho en casa).

Malasaña, un barrio moderno y de tendencias, también ha visto nacer cafeterías alternativas con ofertas diferentes que miran hacia lo orgánico y lo natural. La Bicicleta Cycling Café (San Idelfonso, 9) es una de ellas. Abierta hace apenas unos meses, se ha convertido en un local de éxito que siempre está lleno. No es solo porque están permitidas las bicicletas, también porque la selección de productos que sirven en la barra es de lo más variado y saludable. Además de tener un café diseñado específicamente para ellos, ponen mucho cuidado en la selección del pan (blanco, de avena y de pipas de calabaza). “Creemos en que el cliente aprecia tener alternativas a lo que se consume en masa. Por eso, intentamos tener una carta saludable y baja en grasas”, aseguran Quique y Tammy, los dos dueños del local.

Chueca es otra de las zonas en las que han proliferado diferentes cafeterías y bares que ofrecen alimentos sanos y dietas equilibradas. No es para menos en el barrio gay por excelencia.

Un cliente de Azul de Fúcar ante una mesa con café y bizcocho casero.
Un cliente de Azul de Fúcar ante una mesa con café y bizcocho casero.LUIS SEVILLANO

Locales chic, elegantes y con comida de calidad. Es el caso de la cafetería-pastelería Oita Café (Hortaleza, 30), un negocio que fue galardonado el año pasado con el Premio Nacional de Pastelería. No solo se puede degustar un buen dulce con un café con leche normal, sino que también se puede elegir entre leche bio y de soja. “Queremos que nuestros clientes puedan elegir entre la gran variedad de productos que van más allá de unas tostadas”, explica la dueña, Ángeles Laso.

Para celiacos

Entre sus productos más curiosos se encuentra la tarta de violetas y la focacciarellena de salmón o jamón. A unos metros de esta pastelería, abrieron hace menos de un año una cafetería especializada en dulces para celiacos: Celicioso (Hortaleza, 3). Su dueño descubrió que lo era y que no podía comer nada en casi ninguna cafetería. Por eso, decidió emprender este negocio en el que nada contiene gluten y al que, poco a poco, ha añadido otros productos para gente con problemas alimentarios.

Por eso, celiacos, diabéticos e intolerantes a la lactosa o al trigo han hecho de este lugar su refugio. El que elija sentarse en este local puede pedir desde un café con leche sin lactosa o de soja hasta comerse un exquisito bizcocho de chocolate con mermelada de frambuesa.

Panes especiales de Yoy.
Panes especiales de Yoy.LUIS SEVILLANO

En pleno corazón del barrio, está ubicada la yogurtería Yoy (Barbieri, 26). A la entrada, un banco blanco sobre césped artificial da la bienvenida al que se aventura a descubrir que hay algo más que helados de yogurt de todos los sabores. Ofrecen repostería vegana, una gran gama de zumos y batidos y hasta hacen su propia leche. ¿De qué? La imaginación es su límite.

La guinda la pone la decoración: columpios, mobiliario de jardín y una estupenda barra llena de luz para el que quiera leer mientras toma algo. La competencia se la hace un poco más adelante un nuevo local, todo acristalado y con terraza incluida, el Cobb Moss (Augusto Figueroa, 33). Aquí lo mismo se puede comer un pollo asado que pedir un buen café con leche de soja o un zumo 100% fruta. Sin agua, sin leche, sin más añadido que la materia prima que el cliente elige allí mismo. Y para opciones, el Diurno (San Marcos, 37), un videoclub-cafetería perfecto para aquellos que, mientras deciden qué ver, se toman un café con leche de soja totalmente natural, aunque muchos, en lugar de eso, eligen su famosa tarta de plátano, una de las mejores de la ciudad.

Lavapiés es el barrio por excelencia de estas nuevas cafeterías que han logrado conquistar paladares. La Infinito (Tres Peces, 22) es una de ellas. Paloma Pérez y Antonio Rojas son consumidores de leche de soja. Cuando querían salir a tomar un café, les resultaba difícil dar con opciones que encajara con ellos. Esta fue una de las razones por las que decidieron incluir productos alternativos en su pequeña cafetería-librería.

La Infinito tiene luz a raudales y una calma que se armoniza con los libros, repartidos por todo el local. Tienen las clásicas tostadas con tomate, pero la diferencia es que su pan está hecho con agua de mar. En este refugio de vegetarianos y veganos se puede disfrutar, además, de cuentacuentos infantiles, presentaciones de libros e, incluso, pequeñas piezas de teatro.

Otra de las joyas de Lavapiés es el Café Kino (Olivar, 19). Es la única cafetería de Madrid que cuenta con su propio cine, una salita con sofás para 12 personas y una estupenda selección de películas clásicas que se pueden ver por solo dos euros. Además, en su oferta tienen leche de soja y una gran gama de productos para vegetarianos. Todo ello casero y de comercio justo.

La tendencia de productos alternativos ecológicos y sanos va más allá del alimento y abraza cultura, solidaridad y equilibro y, además, parece que ha llegado para quedarse.

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