López se ofrece a un acuerdo de país pero enmienda a la totalidad los Presupuestos

La legislatura avanza en Euskadi soportando anuncios de acuerdos imposibles. Las diferencias entre los principales partidos son de tal magnitud que esperar un pacto se antoja una quimera. Nadie se aviene a fijar un denominador común sobre el que trazar un posible entendimiento. Mientras el lehendakari Iñigo Urkullu apela a la responsabilidad compartida en tiempos de crisis, su antecesor se ofrece a un acuerdo urgente y necesario de país. Pero luego ni se aproximan donde es más necesario, en los Presupuestos. Los nacionalistas argumentan que carecen de la capacidad de maniobra para aumentar la captación de ingresos y así flexibilizar su encorsetada política de gastos, mientras los socialistas se niegan a ir cambiando recortes de una partida a otra.

Este es el escenario de nulo entendimiento que se desprende de la intervención de Patxi López, secretario general del PSE-EE, en el desayuno informativo del Fórum Europa Tribuna Euskadi, donde ha dedicado muchos minutos a proyectar un discurso que algunos siguen viendo como una alternativa real para cuando se tercie en el PSOE hablar de apuestas electorales.

En presencia del cualificado representante del poder real del PNV Joseba Aurrekoetxea, el exlehendakari ha justificado que su partido no está por la labor de sacar adelante los presupuestos del Gobierno como venía ocurriendo cuando estaban en la oposición, incluso en tiempos de Juan José Ibarretxe. Ha sido el momento en el que López ha vuelto a esgrimir la imperiosa necesidad de acometer la reforma fiscal y de ir pensando en el reajuste de las duplicidades detectadas en el entramado institucional vasco. Pero unos y otros saben que ya es muy tarde.

Para el líder socialista, el acuerdo de país que esgrime no es sinónimo de entrar en el gobierno como podria creerse. Lo ha planteado como consecuencia de su compromiso político aunque en los dos partidos concernidos hay una corriente mayoritaria que aboga por esta colaboración más pronto que tarde. "Sólo hace falta voluntad política y sentido de país para ello", ha destacado. En todo caso, ha dicho que tendría que ser el lehendakari Urkullu, quien debería poner "encima de la mesa" un eventual acuerdo de gobernabilidad y no sólo "rumorología".

El líder socialista defiende el modelo federal y advierte de las exigencias soberanistas

De momento, las dos partes se verán el jueves durante el encuentro que ha sido apalabrado para debatir sobre los Presupuestos. Nadie espera nada positivo más allá de sentarse a hablar. En realidad les separa todo un mundo para un acuerdo ahora imposible. Es muy posible que el PSE-EE se haya cansado de que el PNV nunca haya tomado en serio su exigencia de la reforma fiscal y de ahí que López afirmara con rotundidad que su posición ante los primeros Presupuestos del Gobierno Urkullu es la enmienda a la totalidad, toda una bofetada político en el lenguaje parlamentario.

El exlehendakari se ha ido cargando de razones en su intervención -abierta en euskera- para marcar distancia con el PNV y, sobre todo, con su acción de gobierno. "Euskadi está peor que hace un año y que hace dos", ha dicho. Según López, los vascos tienen "un Gobierno débil, que no actúa y que, estando en franca minoría, ni siquiera intenta buscar acuerdos de calado con el resto de grupos políticos". Para él es inadmisible que "se contenta con reclamar una abstención a su proyecto presupuestario para poder salvar la cara", ha añadido.

Pero en esta conferencia, López ha puesto por delante muchas otras cuestiones que le preocupan desde su visión de Estado, sobre todo contaminadas por los efectos de la crisis. Así, ha criticado a los banqueros que "dan lecciones de moral y de ética" y que son los "responsables irresponsables que han conducido a la situación actual". En este sentido, ha denunciado "a los directivos que han estado cobrando sumas obscenas, con pensiones y primas" y a los que "han arruinado a millones de pequeños ahorradores y siguen sin asumir ninguna responsabilidad". Por ello, ha reclamado que se pongan "controles al movimiento de capitales sin control" y que se regulen "las instituciones financieras para que no vuelva a pasar lo que ha sucedido y que ha venido de la mano de muchos de sus productos financieros".

Bajo este marco, el secretario general del PSE-EE ha considerado que hoy no existen "instituciones democráticas comunes de la Unión Europea", sino que lo que hay es una 'troika', que es "la unión de intereses no democráticos que dictamina las políticas de todos los países, especialmente los del Sur".

Por todo ello, López ha considerado que "hoy, la situación española es de gran inestabilidad por la convergencia de tres movimientos que han encontrado en la crisis su excusa perfecta para deslegitimar el sistema", ha manifestado. El primero de ellos sería, según López, "el afán recentralizador de quienes, desde la derecha más rancia, quieren dinamitar el Estado de Derecho", y otro los sentimientos "rupturistas alimentados por los nacionalismos periféricos que amenazan con superadas aventuras soberanistas".

"Hay que mejorar nuestro modo de Estado y buscar fórmulas que permitan convivir las diferentes sensibilidades", ha defendido. A su juicio, "en tiempos de vendavales nacionalistas, la solución no está en quitar poder al Gobierno central", sino en "ceder más poder al Parlamento europeo". En su análisis, ha recordado que su partido tiene una propuesta "para hacer evolucionar el Estado de las Autonomías hacia un Estado federal", que permite "arreglar problemas". En esta línea, ha destacado que "permite una lealtad institucional y definir claramente las competencias de cada uno". A su juicio, ello evitaría que, como hace el Ejecutivo del PP, "cada día haga decretos que invaden competencias", ya que "un estado federal está claramente delimitado".

Para López, existiría un "tercer elemento" desestabilizador, que son los "movimientos cada vez más fuertes de deslegitimación política que anidan en la sociedad" y que "utilizan la indignación ciudadana por una crisis mal resuelta" pero que "corren el riesgo de derivar en recetas equivocadas".

Descendiendo ya a los temas más actuales, se ha mostrado favorable a poner "límites" a los 'escraches' con el fin de que éstos no se realicen en domicilios particulares de los políticos porque estos actos de protesta afectan también a familiares y vecinos. Además, en un tono de preocupación por el efecto pernicioso de la corrupción en el sistema político ha dicho que el PP debe hacer frente a un "enorme problema de corrupción en su propia organización", asegurando que "no es solo una oveja negra" sino "algo sistémico". En este sentido, ha recordado que "todos sus tesoreros de las últimas décadas están imputados" y que los `populares' lo deben reconocer. Y es que, a su juicio, decir que el PSOE, CiU o el PNV también tienen problemas de este tipo "no les exime de responsabilidad". Eso sí, sobre la situación del Rey ha decidido orillarse en el debate. "Estoy out", ha dicho antes de exigir que se aclaren las actuaciones de la institución monárquica.