CiU da por hecho que los socialistas entrarán en el Gobierno catalán
Homs llama al PSC a “evolucionar” para abandonar su papel de oposición
No pasa día en que la dramática situación política y financiera de la Generalitat de Cataluña no obligue al Gobierno catalán a lanzar mensajes de auxilio. Y estos han subido de tono desde que el mismo presidente, Artur Mas, decretara la semana pasada la situación de “emergencia” por los problemas económicos de la institución. El consejero de Presidencia, Francesc Homs, volvió a pedir ayuda ayer a la oposición, concretamente al Partit dels Socialistes de Catalunya, para que se implique en la gobernabilidad de la Generalitat. Y, más que solicitar apoyo, lo que hizo fue dar por hecho que más pronto que tarde los socialistas acabarán por apoyar los Presupuestos catalanes e incluso entrarán en el Gobierno. “Tenemos el convencimiento de que, por la situación grave en la que estamos, el PSC irá haciendo una evolución, a menos que quiera dejar de ser una opción de gobierno para los próximos años”, afirmó el consejero en la conferencia de prensa posterior a la reunión semanal del ejecutivo catalán.
Homs dijo esto al ser preguntado por si las frecuentes reuniones que Artur Mas ha mantenido con los socialistas catalanes, que culminaron el pasado domingo con una cita en Madrid con el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, pueden derivar en un pacto estable entre las dos formaciones o, como mínimo, con un acuerdo presupuestario. El consejero desvinculó la reunión del domingo con un eventual pacto con los socialistas, pero recordó que las conversaciones son frecuentes y reiteró que las circunstancias llevarán a los socialistas a hacer una evolución “si es que queremos salir de esta todos juntos”. Añadió que el cambio de rumbo del PSC debería hacerse en breve. “No me gustaría que esto se alargara durante tiempo indefinido”, dijo Homs. Fuentes del Gobierno catalán puntualizaron que lo que en realidad espera el Gobierno de CiU para los próximos meses es que el PSC evolucione de manera que acepte negociar un acuerdo de gobernabilidad.
El gran problema de Mas en estos momentos es que la Generalitat sigue sin tener Presupuestos para este año porque sus socios de Esquerra Republicana se han negado a votar unas cuentas con un objetivo de déficit del 0,7% del PIB, puesto que ello obligaría a recortar más de 4.000 millones. Cataluña está a la espera de que el Gobierno flexibilice el objetivo de déficit después de que la Comisión Europea anunciara que también lo aumentará para el conjunto de España. Pero los días pasan y las promesas no se concretan. Hoy por hoy la Generalitat funciona con unos presupuestos prorrogados que la obligan a cumplir ya, de facto, el objetivo de déficit del 0,7%, con lo que la administración catalana ya está obligada a practicar la economía de guerra.
Aunque el Gobierno catalán confía en que Esquerra Republicana acabará votando las cuentas también es consciente de que la solidez de su acuerdo con el partido de Oriol Junqueras deja mucho que desear. De ahí las constantes llamadas al PSC para que se incorpore al acuerdo de gobernabilidad.
Esquerra sigue sin aclarar si apoyará los Presupuestos de Artur Mas
Además, los nacionalistas catalanes están preparando ya el escenario de la próxima gran batalla con el Gobierno central: la reforma del sistema de financiación autonómica. Tradicionalmente Cataluña ha liderado siempre estas negociaciones en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera, pero esta vez las cosas pueden ser sustancialmente diferentes por los desacuerdos que existen en el seno de la federación Convergència i Unió. Convergència, que insiste en que el pacto fiscal que propugnaba Artur Mas es ya algo del pasado, es partidaria de participar en la negociación, pero manteniendo un perfil bajo. Es la manera de los nacionalistas de decir que en ningún caso aceptarán una financiación mejorada como moneda de cambio para renunciar al proceso soberanista. Unió, en cambio, considera que la Generalitat debe ir a por todas a conseguir una financiación lo más similar posible al pacto fiscal que en su día defendió CiU y que Rajoy rechazó el pasado septiembre. Los democristianos, encabezados por Josep Antoni Duran Lleida, llevan días insistiendo en que lo prioritario debe ser encontrar una salida al caos financiero de la Generalitat.
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