La lentitud como método
Carl Honoré presenta su nueva obra que surge como alternativa a los ritmos de vida frenéticos
Carl Honoré ha traído al País Vasco su último trabajo literario. Ahora, el autor del Elogio de la lentitud propone los ingredientes necesarios para evitar que, ante un problema, nos precipitemos siempre hacia la vía rápida, fácil e irreflexiva. Para conseguir dicho objetivo lo que ofrece Honoré en La lentitud como método (RBA) son numerosos ejemplos que rompen prejuicios y nos empujan a ser capaces de resolver los problemas de una forma más lenta y mucho más eficaz.
En su nueva obra, el autor (Escocia, 1967) sostiene que el movimiento lento está ganando fuerza, ya que la afirmación de que «cuanto más rápido, mejor » tiene cada vez más detractores. Para formar parte de él no tienes que dejar aparcada tu carrera profesional, tirar tu iPhone ni unirte a ninguna comuna. Vivir sin prisas no tiene nada que ver con vivir como un caracol, sino con hacer cada cosa a la velocidad adecuada, ya sea rápida, lenta, o al ritmo que proporcione mejores resultados. Bajo el paraguas de la lentitud están floreciendo muchos micromovimientos: la comida lenta, las ciudades lentas, el trabajo lento, el sexo lento, la tecnología lenta, la educación lenta, la paternidad lenta, el diseño lento, los viajes lentos, la moda lenta, la ciencia lenta y el arte lento. Moraleja: aunque parezca que todo va más rápido, ahora mismo, a principios del siglo xxi, estamos en el momento adecuado para introducir la solución lenta en el núcleo de nuestra cultura.
Carl Honoré es periodista y licenciado en historia y lengu italiana por la Universidad de Edimburgo. Durante un tiempo trabajó asistiendo a los niños de las calles de Brasil, experiencia que le impulsó a desarrollar su carrera periodística. Ha colaborado en publicaciones tanto americanas como europeas, entre las cuales cabe destacar Economist, Observer, Globe; a su vez, ha participado en eventos tan reconocidos como las charlas TED y lleva una carrera activa como speaker. Además se le conoce como una de las figuras más importantes del llamado slow movement, surgido a mediados de los ochenta para luchar contra el acelerado ritmo de vida actual.
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