La tercera vía del arte
Cuando casi desaparece el presupuesto para adquisiciones y se reduce el de exposiciones temporales, los centros de arte contemporáneo buscan donaciones como única tabla de salvación
“Todo coleccionista es un amante del arte, nosotros solo le convencemos para que comparta su pasión con el resto de los ciudadanos”. Y a la vista de los resultados, los argumentos que utiliza Juan Antonio Álvarez Reyes, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), deben de ser de lo más convincentes. En 2012 el centro sumó a sus fondos 478 obras a través de depósitos y donaciones, lo que supone un incremento del 20% del total de su colección permanente. Este año ha comenzado también con buen pie, el pasado miércoles, el CAAC presentó una donación de dos significativas obras abstractas del valenciano Jordi Teixidor y dos grandes dibujos de la serie La viña con los que la sevillana Carmen Laffón completa la donación que realizó en 2010.
Las donaciones, un regalo sin condiciones, y los depósitos, que suelen realizarse por periodos de cinco años prorrogables siempre que estén de acuerdo las dos partes, se han convertido en tabla de salvación para unas instituciones que, año tras año, ven mermado su presupuesto y, con él, su capacidad de trabajo. Los 500.000 euros anuales que llegaron a destinarse para adquisición de obra en el CAAC han ido encogiendo, especialmente desde 2010, hasta quedarse en los 75.000 euros consignados en el presupuesto de 2013, que es de 3,7 millones de euros. En 2012, el presupuesto fue de 4,2 millones de euros, de los que 3,2 millones se destinan a los capítulos de gastos fijos corrientes y personal. El margen que queda para producir exposiciones temporales propias y realizar otras actividades se va estrechando año tras año.
“Nosotros nos trabajamos las donaciones, no esperamos a que vengan a ofrecernos nada. Los artistas serios quieren que su obra esté bien representada y tienen claro que el CAAC es el centro de referencia del arte andaluz contemporáneo y que puede ser el garante científico de su legado”, explica Álvarez Reyes, quien dirige el centro —ubicado en el monasterio de Santa María de las Cuevas de Sevilla—, desde febrero de 2010. En estos últimos tres años, la colección ha aumentado en 638 obras gracias a su política “activa”.
En la década 2000-2009, la colección aumentó en 681 obras, compras incluidas. El incremento más importante de este periodo fue la donación, en 2009, del Equipo 57. Todas las incorporaciones a la colección del CAAC tienen que contar con la aprobación de la comisión técnica del centro, de la que forman parte siete profesionales del sector —coleccionistas, comisarios, críticos e historiadores del Arte— y el director del centro. La mayor incorporación que se produjo el pasado año fue la del artista gaditano Guillermo Pérez Villalta, quien donó 29 obras y depositó otras 245. Además, el centro recibió 24 piezas de la colección de la galerista Juana de Aizpuru y 84 del coleccionista y poeta Jacobo Cortines.
Entre los artistas que se han dejado seducir por los argumentos de Álvarez Reyes están los sevillanos José Soto, Ignacio Tovar y Gerardo Delgado o los argentinos Leandro Katz y Marta Minujin. “No podemos quedarnos de brazos cruzados ante la situación actual, es importante seguir apoyando a los creadores y a la industria cultural. Los presupuestos son los que son, pero tenemos que seguir trabajando para aumentar el patrimonio del centro y darle un sentido a la narración conceptual e histórica de la colección”, dice el director del CAAC.
“Tenemos que encontrar las fórmulas para impulsar el mecenazgo. Ahora se dona y se deposita por amor al arte, pero si se aprueba la ley del mecenazgo con incentivos fiscales, habrá más personas dispuestas a dar ese paso. A las empresas, sin incentivos de por medio, les cuesta mucho donar”, aclara Álvarez Reyes.
El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga, el otro gran espacio que existe en Andalucía dedicado a la escena actual, posee un fondo de 675 obras, de las que 128 —casi un 19%— están depositadas por coleccionistas españoles y extranjeros, el resto son propiedad del Ayuntamiento de Málaga, que ha ido formado la colección desde 2003. El pasado año, el CAC Málaga adquirió 35 obras.
El caso del Museo Picasso Málaga (MPM) es distinto. De las 233 obras que integran su colección, 43 piezas se depositaron en 2010 por un periodo de 15 años por la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte (Faba). Este depósito en comodato incluye obras tan significativas como Olga Khokhlova con mantilla (1917) y Paulo Picasso sobre un burro (1923). En la misma operación, Faba donó dos dibujos y cuatro grabados del artista malagueño. Además, el Ministerio de Cultura depositó, en 2007, otras dos obras: Retrato de Paul, un óleo de 1922, y La mujer del artista (1923). Aunque el MPM cuenta para 2013 con un considerable presupuesto, 10,3 millones —un 10% menos que el año anterior—, la política de adquisiciones del centro es muy restrictiva dado el alto precio de las obras de Picasso.
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