Bravo pide la libertad provisional garantizando que no huirá de la Justicia
El condenado por el fraude en la Hacienda de Irún afirma que no es capaz de "una monstruosidad"
El exdirector de la Hacienda de Irún José María Bravo, condenado a 11 años de prisión por el fraude cometido en esta oficina tributaria, ha solicitado su puesta en libertad provisional tras alegar que no tiene intención de sustraerse de la acción de la Justicia. Bravo ha declarado este mediodía en una vista celebrada en la Audiencia de Gipuzkoa a través de una videoconferencia desde la cárcel de Soto del Real, donde permanece interno a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el recurso presentado contra la sentencia condenatoria.
La Audiencia de Gipuzkoa celebró una vista ante el vencimiento, el próximo 8 de mayo, del plazo máximo de dos años de prisión provisional que la ley contempla en los casos sin condena firme. Durante la sesión, Bravo ha dado garantías de que no huirá de la Justicia si se acepta su puesta en libertad: "Antes me tuve que enfrentar a peticiones de 27 y 24 años de cárcel y no me fui corriendo; no me escapé. ¿Por qué iba a hacerlo ahora?", se ha preguntado durante su declaración. También ha añadido que no sería lógico escapar ahora "estando a las puertas de logra el tercer grado o de acogerse a beneficios penitenciarios".
Durante casi 23 minutos, Bravo ha ido argumentando los motivos por los que el tribunal que le condenó debería concederle ahora la libertad provisional hasta que falle el Supremo. En este sentido, ha comentado que no tiene "la más mínima duda" de que el alto tribunal "rectificará la sentencia" condenatoria de la Audiencia provincial: "Espero y confío en que casi la anule y, en cualquier caso, estoy seguro de que la rebajará considerablemente".
La defensa de Bravo -ejercida para esta ocasión por el letrado Ignacio Peláez, y no por Jesús Urraza, su abogado durante el juicio por este caso- ha presentado varias pruebas para pedir la libertad del penado. Ha citado a declarar a los dos hijos de Bravo, quienes han asegurado ante el tribunal que el hotel Túnel del Hada, el negocio que regentaba el condenado en Jerte (Cáceres), atraviesa un mal momento desde que este ingresó en prisión y no ha podido atenderlo.
También han testificado la madre y la hermana de Bravo para confirmar ante los magistrados su disposición a entregar el valor total de sus viviendas como garantía para satisfacer los 700.000 euros -inicialmente fueron 800.000 euros- la fianza que le impuso la Audiencia para abandonar la prisión.
En la vista ha comparecido asimismo la nueva compañera sentimental de Bravo, una médico extranjero con la que mantiene "una relación habitual y estable" tras haberse separado de su exmujer, Rosa Cobos, también condenada por este caso a tres años y cuatro meses de cárcel. Su nueva pareja ha afirmado que es la "persona autorizada" por Instituciones Penitenciarias para "visitarle en la prisión y para mantener un vis a vis". Esta persona ha señalado que Bravo está empadronado en El Escorial (Madrid) y que la relación entre ambos se inició en "abril o mayo de 2011".
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