AGE y BNG exigen a Feijóo que disuelva el Ayuntamiento de Santiago

La oposición entera, los tres partidos, creen que ha llegado el momento de que el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, pasé de las opiniones a los hechos e intervenga para frenar los escándalos de corrupción que sacuden al Gobierno municipal de Santiago. Un día después de que la mayoría absoluta del PP en el Parlamento frenase la comparecencia del presidente para dar cuenta de las tramas que salpican a su partido, los portavoces de PSdeG, AGE y Bloque utilizaron la sesión de control al Gobierno para abordar el caos institucional de Santiago, donde se suceden las imputaciones de alcaldes, concejales y personal de gabinete en tres sumarios judiciales distintos.

Los reproches a Feijóo se repitieron en su doble condición de presidente del Gobierno gallego y del PP. Dirigidos a la persona que avaló que Gerardo Conde Roa (dimitido cuando se destapó la denuncia del fiscal por una presunta evasión de impuestos) fuese candidato en la capital de Galicia y al presidente de la Xunta, que tiene la capacidad para impulsar un procedimiento extraordinario que desemboque en una nueva llamada a las urnas en Santiago. Yolanda Díaz, como portavoz de AGE, y Francisco Jorquera, del BNG, se lo exigieron directamente: “Inicie el procedimiento para disolver la Corporación municipal y convocar elecciones”.

Aunque la pregunta que había registrado aludía a las consecuencias de determinadas políticas del Gobierno de Rajoy, también el PSOE a través de su secretario general, Pachi Vázquez, le mentó el esperpento de Santiago. "La gente ya no se pregunta por el Ayuntamiento sino por lo que tiene previsto hacer usted", inquirió Vázquez.

Lejos de anunciar medidas concretas, el presidente optó por envolverse una vez más en el discurso de la regeneración democrática y proclamó: “Respetar las instituciones y la política es declararse inconformista y perseguir a cualquier cargo del PP que quiera usar la política para lucrarse. Tiene usted mi palabra de que lo haré mientras sea presidente de Galicia”. Luego optó por extender las sospechas hacia sus rivales políticos. En su respuesta al BNG, acusó a la formación nacionalista de “gobernar desde fuera” en Ourense y Lugo con “alcaldes implicados en la operación Pokemon y Campeón”. Feijóo interpreta de ese modo la decisión de los nacionalistas de salirse de ambos Gobiernos municipales en cuanto se conocieron las primeras imputaciones de cargos públicos en Lugo y Ourense.

Su réplica a la dirigente de Izquierda Unida fue aún más heterodoxa. El presidente trató de vincular los casos de corrupción en Santiago y el escándalo Bárcenas con la decisión de Díaz de apoyar -allá por 2007 una subida de sueldo del entonces alcalde socialista en Ferrol, Vicente Irisarri (con el que acabó rompiendo el pacto)- y el número de asesores que Izquierda Unida tuvo en aquella ciudad mientras se mantuvo en el Gobierno. Las acusaciones de AGE sobre complicidad con la corrupción, fueron replicadas por Feijóo con invitaciones “a respetar las instituciones”. En medio del debate, el líder de AGE, Xosé Manuel Beiras, optó por abandonar el hemiciclo en otra tensa sesión de control al Gobierno.