La transparencia: Oxígeno y cortafuegos
"No es ninguna casualidad que en las Cortes una quinta parte de los diputados populares esté imputado"
Los socialistas compartimos con la mayoría de ciudadanos una gran preocupación por la situación insostenible en la que el Partido Popular ha colocado a la democracia. Su sistemática negativa a informar de su gestión ha provocado unas cotas desconocidas de desprestigio de la acción pública. La sucesión de escándalos de corrupción, —en la Comunitat Valenciana hay una lista interminable— ahora afecta al corazón de la dirección del PP y del Gobierno de Rajoy. Es el resultado de la opacidad, del oscurantismo y de la prepotencia.
Nunca fueron tres trajes. Es el escándalo de la financiación ilegal, los sobresueldos de decenas de dirigentes populares y la continua ocultación del contenido de contratos leoninos, que pagamos todos los valencianos, con la excusa de la confidencialidad. Sí, también son los opacos sobres que se han venido repartiendo los miembros de su grupo en las Corts. En definitiva, es una visión dominada por la corrupción del principio básico de la democracia que es la dación de cuentas a los ciudadanos: la transparencia.
No es, por tanto, ninguna casualidad que en las Corts una quinta parte de los diputados populares esté imputado. Es la consecuencia de utilizar la mayoría parlamentaria obtenida en las urnas como patente de corso para poner la Administración al servicio de sus intereses particulares. Lo ocurrido durante el último año en España demuestra que el comportamiento del PP valenciano no es una excepción: es una concepción del ejercicio del poder, en donde la victoria en las urnas es identificada como la justificación para imponer sacrificios sin fin a los ciudadanos —con el falso argumento de que son la única política posible—, mientras sus dirigentes mantienen posiciones de privilegio en medio de un completo oscurantismo.
Es una nueva versión de la ley del embudo, amplio para ellos y estrecho para todos los demás que destroza la cohesión social y deteriora gravemente la salud de la democracia. Tanto cohesión como democracia viva son imprescindibles para una salida justa a la crisis económica para asegurar el bienestar de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos.
Es hora de dejar caer las palabras vacías del Consell de Alberto Fabra. Es el momento de presentar alternativas que demuestren que hay una nueva frontera más allá del todo somos iguales. Los socialistas aspiramos a que la política vuelva a ser el espacio colectivo en donde se resuelven los problemas de los ciudadanos y que estamos dispuestos a adoptar las medidas necesarias a cambiar lo necesario para revitalizar la política. Con autocrítica, pero con la legitimidad de haber venido luchado por la honestidad, la transparencia, la dación de cuentas y, sobre todo, la honradez como vectores de la acción política.
Hoy, tras una semana de debates y aportaciones, vamos a presentar un Contrato con los ciudadanos por la transparencia y contra la corrupción. Es un compromiso que adoptarán las instituciones en las que tengamos la responsabilidad de gobernar y todos los militantes del partido. Algunas medidas exigen cambios legislativos y por tanto requieren las mayorías parlamentarias suficientes. Defendemos que las normas legales deben responder a las demandas y exigencias de los ciudadanos, y que los procedimientos no pueden ser excusas para la inacción.
El carácter obsoleto de las normas no puede convertirse en escudo protector de la corrupción. Pero hay que actuar más allá de lo legislativo. El refuerzo de la ética pública no admite dilación.
Estos días hemos debatido y hemos recibido numerosas propuestas ciudadanas para hacer de la transparencia una realidad política y para poner todo cortafuegos posible a la corrupción. Un conjunto de medidas que constituirán nuestro compromiso firme de actuación, tanto en el ámbito del propio partido, como en las instituciones.
Reconocemos que, dada la situación de nuestro descrédito como políticos, esto es sólo un primer paso, una primera prueba de nuestra voluntad de que, con la colaboración de todos los valencianos, con su tantas veces demostrado dinamismo y capacidad de esfuerzo, podremos superar, en un plazo breve, la dramática situación en la que nos ha sumido el Partido Popular por la falta de transparencia, los casos de corrupción y la patrimonialización de la Generalitat y de las demás instituciones.
La corrupción es un ataque frontal a nuestros valores éticos, y un obstáculo para salir de la crisis. Significa más paro y comporta una insoportable fractura social. Los ciudadanos dejan de creer en las instituciones y se generaliza la desconfianza social. Los socialistas valencianos no nos conformamos con esta democracia de baja calidad. Es urgente una regeneración democrática en profundidad y queremos aportar en ese sentido, propuestas para mejora de la calidad democrática con mayor participación de los ciudadanos en las instituciones y en los partidos políticos y para reforzar los principios éticos y de transparencia que deben de fundamentar nuestra democracia. Por ello, los socialistas apostamos por la transparencia, como oxígeno de la democracia y cortafuegos contra la corrupción.
Ximo Puig es secretario general del PSPV-PSOE
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