Vicente Larrea en bronce y acero
El artista dona siete obras, valoradas en 645.000 euros, que se exhiben al público junto a otras cuatro piezas de la colección
El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha recibido recientemente una donación del artista Vicente Larrea (Bilbao, 1934) compuesta por siete esculturas realizadas entre 1967 y 2002, que han sido valoradas en 645.000 euros. Las obras componen desde hoy una exposición de la trayectoria de Larrea, en la que también se muestran al público otras cuatro piezas del autor pertenecientes a la colección del museo, que abarcan desde sus inicios en la escultura constructiva y geométrica hasta alcanzar un estilo característico basado en el desarrollo libre de elementos orgánicos.
La donación de Larrea está compuesta por piezas realizadas en bronce y acero inoxidable. La escultura más antigua es Espacio para una vida I, (1967). De esa primera etapa son también Cadena 3 (1968) y Proyecto para una cárcel deshabitada (1969). El recorrido cronológico avanza hasta tres obras de 2002 (Achúcarro, Alzola y Hoffmeyer, Churruca y Bastida), las maquetas en bronce de las piezas homónimas que, en mayor tamaño, se instalaron en la plaza de San José, en Bilbao. El conjunto que las tres obras forman constituye el homenaje del escultor a los ingenieros, urbanistas y arquitectos que contribuyeron a la expansión y a la definición urbana de Bilbao.
He ido evolucionando muy despacio, por eso no hago exposiciones"
Larrea comenzó su carrera artìstica centrándose en la esculturas no figurativas, para después trabajar con los elementos humanos. Empezó, ha explicado rodeado de las obras que expone el Museo de Bellas Artes, entonces a interesarse por las cárceles, que según admite le generan "mucha claustrofobia". "Encarcelé a los elementos más orgánicos", añade. "He ido evolucionando muy despacio, por eso no hago exposiciones".
Larrea inició su formación de la mano de su padre, también escultor, y estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, antes de trabajar en el taller del escultor francés Raymon Dubois, en la localidad francesa de Solesmes. En 1966 se integró en los grupos de artistas vascos Emen y Gaur. Junto a Remigio Mendiburu y Rafael Ruiz Balerdi formó una generación de artistas vascos, explica el director del museo, Javier Viar, interesada por "las apariencias y las descripciones naturales y por la exhuberancia de las formas y la intensidad de la expresión".
La lamina material continua, de grosor variable según la envergadura de la obra, que plegada libremente forma una escultura hueca, ha constituido su recurso expresivo fundamental. Con ella crea una cavidad laberíntica con formas barrocas en su exterior.
Junto a las esculturas ahora donadas se expone Dodekathlos (1997-1998), una pieza en bronce que sirvió de referencia a la escultura en hierro que se levanta en los accesos al palacio Euskalduna, en Bilbao, también cedida por el artista.
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