El paro crece en 16.685 personas y barre las mejoras de los tres meses anteriores

El “mensaje positivo” sobre la evolución del paro le ha durado al consejero valenciano de Economía, Industria y Empleo, Máximo Buch, menos de dos semanas. Coincidiendo con la publicación de la Encuesta de Población Activa (EPA) del último trimestre de 2012, Buch declaró que el año se cerraba con “la hemorragia” de desempleo “cerrada”. La EPA apuntaba un muy pequeño respiro, que se añadía a las modestas bajadas del paro registrado —el que contabilizan las oficinas de empleo— en octubre, noviembre y diciembre. En total, en esos tres meses el paro descendió en 9.172 parados. Los datos de enero conocidos ayer, con 16.865 desempleados más, anulan completamente esa mejora y elevan el número de parados en la Comunidad Valenciana a 586.420.

El incremento no permite, a diferencia de otros meses, observar una tendencia favorable del mercado laboral valenciano respecto español. El paro subió en enero un 2,93%, dos décimas más que en el conjunto del Estado. La diferencia provincial fue significativa: en Alicante aumentó un 1,73%, en Valencia, un 3,38% y en Castellón, un 5,21%.

Después de haber resistido mejor los primeros años de la crisis, el sector servicios volvió a ser el mes pasado el más castigado, con 13.513 parados más. A continuación se situó la agricultura (2.778 más) y la industria (903). El único sector donde cayó el paro fue la construcción, aunque solo en 50 personas.

Los datos de la Seguridad Social completaron la fotografía de un mes muy adverso en términos laborales. La afiliación media descendió en 37.017 personas, lo que representa una caída del 2,33%. La pérdida de cotizantes también fue peor que en el conjunto de España, donde el descenso fue del 1,6%.

Comisiones Obreras alertó de otro grave problema en el Fogasa, el fondo público que debe garantizar el cobro de salarios e indemnizaciones de los trabajadores de empresas que caen en la insolvencia. Los recortes en personal y medios, unidos al aumento de las quiebras empresariales, provocan un retraso superior a un año en los cobros en la provincia de Valencia, según el sindicato. En 2011 el Fogasa recibió 16.312 expedientes y resolvió 11.124. Pero en 2012 entraron 17.324 expedientes y solo se resolvieron 7.355. UGT advirtió, por su parte, de que casi la mitad de los desempleados (277.894) no recibe ninguna ayuda.

El consejero de Gobernación y Justicia, Serafín Castellano, calificó de “inaceptables” los nuevos datos del paro. Y trató de anticiparse a las críticas de la oposición asegurando que el combate contra el desempleo era la prioridad "total y absoluta" del Gobierno valenciano.

Los partidos de la oposición atacaron precisamente la falta de reacción que, en su opinión, demuestra la Generalitat ante el huracán del paro. El líder de los socialistas, Joaquim Puig, consideró “insoportable” el nivel alcanzado. Y el portavoz parlamentario del PSPV-PSOE, Antonio Torres, reprochó al presidente valenciano, Alberto Fabra, que no hubiera adoptado “ni una sola medida” efectiva para contrarrestar la destrucción de empleo.

La coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, consideró que los datos de enero demostraban la inconsistencia de las leves mejoras registradas desde octubre: “Eran temporales, fruto de las campañas navideñas y de las contrataciones en agricultura” por la campaña citrícola. El portavoz de Compromís, Enric Morera, afirmó que las medidas “del austericidio” aplicadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Fabra, siguiendo el manual de instrucciones de la canciller alemana Ángela Merkel, sólo habían servido “para recortar en los servicios públicos más básicos y generar paro, mucho paro”. El presidente de la patronal Cierval, José Vicente González, recomendó no analizar mes a mes la evolución del desempleo (genera “melancolía”, afirmó) y prepararse para que el mercado laboral irá a peor “por lo menos hasta el último trimestre” del año para empezar a mejorar después “suavemente”.