Mas y Duran aparcan la crisis en CiU
El presidente desautoriza la federación que criticó al democristiano y el líder de Unió da el conflicto por cerrado
La crisis entre Unió y Convergència, la mayor desde que CiU volvió al Gobierno en 2010, se ha cerrado hoy tras la intervención de los líderes de ambos partidos, Josep Antoni Duran Lleida, y Artur Mas, que preside CDC y la federación, CiU. El conflicto estalló cuando la federación barcelonesa de Convergència emitió el lunes un documento público en el que criticaba a Duran por sus declaraciones reacias al soberanismo y culpaba al democristiano de los malos resultados electorales de CiU. Unió amenazó con revisar los pactos internos si no se retiraban las críticas a su líder. Mas ha desautorizado esta mañana la declaración del consejo de CDC en Barcelona saliendo en defensa de Duran y tildando el documento de "error" y "calentura". El líder nacionalista, que el martes evitó salir en defensa del democristiano, mantuvo que el líder de Unió "no es ningún estorbo" para la federación. Según reveló en una conversación con periodistas en el pasillo del Parlament.
Mas y Duran, que está en Chile, hablaron ayer por teléfono para limar asperezas. El presidente ha afirmado que desautorizará a la federación local de CDC en la próxima reunión de la dirección del partido, el próximo 4 de febrero. Los dirigentes nacionalistas deberán tratar el documento crítico con Duran, y en la reunión se volverá a manifestar la confianza en la figura del democristiano. Asimismo, Mas mantendrá al líder de Unió al frente de las comisiones bilaterales Estado-Generalitat, que preside desde la pasada legislatura.
El democristiano dio por cerrada la crisis desde Chile. En declaraciones a EFE, ha constatado que los dirigentes de Convergència se han desmarcado del documento y por ello entiende que el conflicto es "un paréntesis ya cerrado"". Aunque el democristiano ha avisado que si CDC hubiese avalado el texto Unió y Convergència no seguirían juntas: "No hay voluntad de ruptura. Si la dirección nacional de Convergència hubiese asumido el documento de los militantes de Barcelona, entonces era insostenible la continuidad de la coalición".
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