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El Samur dice que el fallo de un operador no alteró su actuación en el Madrid Arena

El director de Emergencias dice que ha incorporado empleados del centro cultural Matadero Asegura que "asume riesgos" en su formación

Alfonso del Álamo, durante su intervención en la comisión de investigación del Madrid Arena.
Alfonso del Álamo, durante su intervención en la comisión de investigación del Madrid Arena.CRISTÓBAL MANUEL

El Ayuntamiento de Madrid, en manos del Partido Popular desde hace 23 años, ha rendido cuentas esta mañana por los "errores" puntuales que se produjeron en la respuesta de sus servicios médicos de emergencia (Samur) durante la tragedia del Madrid Arena. El director general de Emergencias, Alfonso del Álamo, ha defendido que ni la respuesta inadecuada de un técnico en formación ni los problemas de comunicación telefónica dentro del pabellón municipal incidieron en la actuación del Samur. Esa conclusión resulta en efecto refrendada por lo conocido durante la investigación política de los hechos.

El concejal Ángel Lara (Izquierda Unida) ha señalado esta mañana en ese sentido: "Si alguien pudo salvar vidas, fue el Samur". Del Álamo explicó en cualquier caso que la falta de cobertura telefónica dentro del Madrid Arena no afectó al servicio porque las comunicaciones se hacían principalmente por radio, y los móviles eran "complementarios". Respecto a la respuesta inadecuada de un técnico de emergencias a la llamada de alerta de una ciudadana, Del Álamo ha argüido que "el sistema es lo suficientemente robusto como para soportar un fallo, aunque quizá dos seguidos no". Lo que no hizo correctamente ese trabajador, que "estaba en formación y sólo era su tercera guardia", lo suplió su supervisor. Del Álamo ha defendido que el Samur "asume riesgos" durante la preparación de empleados que el Ayuntamiento les traspasa para cubrir sus necesidades de áreas tan poco relacionadas con los servicios de emergencia como el centro cultural Matadero.

Un despliegue improvisado. El Ayuntamiento sabía desde el 6 de octubre que se iba a celebrar una fiesta de Halloween en el pabellón municipal Madrid Arena, a la que asistirían al menos 7.000 personas. La empresa municipal que gestiona el pabellón se lo comunicó ese día a la Delegación del Gobierno, a la Policía Municipal y al área de la vicealcaldía del Ayuntamiento. Esta última le trasladó de inmediato esa información al área de Seguridad, de la que dependen, entre otros servicios, el Samur. En la noche del evento, la Policía Municipal envió a 18 agentes. La Policía Nacional (dependiente de la Delegación del Gobierno) envió a 40 agentes. El Samur no envió ninguna unidad porque, según explico Del Álamo durante la comisión de investigación política, no fue avisado con la suficiente antelación. El Ayuntamiento defendió que la fiesta era privada, contaba con servicio médico propio, y la base de Samur estaba a menos de un kilómetro de distancia. Sin embargo, en las conclusiones de la comisión de investigación, el PP aprobó que el Samur deba estar presente a partir de ahora en eventos multitudinarios, y la creación de un mando operativo único que evite la descoordinacion entre servicios de emergencias.

Pese a no estar presente en la zona, el Samur sí tuvo que enviar a varias ambulancias entre las 00.09 y las 2.48 para atender a una decena de jóvenes, algunos de ellos menores de edad, por intoxicaciones etílicas o heridas; al menos tres fueron hospitalizados. A las 2.28, viendo la profusión de avisos recibidos, se enviaron dos unidades a la zona, que fueron las que actuaron luego con rapidez. La fiesta había comenzado a las 23.00. La avalancha que costó la vida a cinco jóvenes en la noche de Halloween se produjo a las 3.45. La primera llamada de alerta se recibió en el teléfono de emergencias 112 a las 3.59. La primera unidad del Samur llegó al Madrid Arena a las 4.04.

"Los hechos tristemente conocidos". Alfonso del Álamo, médico de profesión y que lleva desde 2003 al frente de la dirección general de Emergencias, ha explicado esta mañana en la comisión ordinaria de Seguridad del Ayuntamiento, a preguntas de Unión Progreso y Democracia, cómo se atendió a esa primera llamada de emergencia. "La atienden primero operadores blancos, llamados así porque no pertenecen a ningún servicio de emergencia. En el 112 obtienen además la dirección y el teléfono de la persona que llama; en el plazo de un minuto, se envía el despacho al Samur, que tiene nueve puestos en el 112, cuatro de radio y cinco telefónicos. El Samur selecciona a la mejor ambulancia según su posicion, marcada por GPS. Al mismo tiempo, se envía un sms al llamante. El Samur tiene una filosofía propia: hay otros recursos que valoran el riesgo antes de mandar sus unidades, pero eso implica un consumo de tiempo. En el Samur, se envía el recurso de primeras, y mientras llega se llama al alertante para aclarar más datos. Se prefiere perder eficiencia para ganar tiempo".

La llamada se recibió a las 3.59. El técnico del Samur obtuvo de inmediato los datos proporcionados al 112, que alertaban de "una mujer inconsciente, no recuperada, en el interior del Madrid Arena". Y de inmediato se ordena el envío de dos unidades "al interior" del pabellón, según Del Álamo. "Al mismo tiempo, un técnico recibe el audio del 112, y se suceden los hechos tristemente conocidos", ha añadido. Se refería, sin citarlo, a la respuesta de ese técnico, una grabación enviada al juez que investiga la tragedia y desvelada por el periodista de 'El Mundo' Luis F. Durán. El operario atendió con rudeza la llamada, preguntó a la alertante si estaba borracha, y la conminó a desplazar a la herida un buen trecho para que fuera atendida.

Del Álamo ha explicado hoy que ese técnico formaba parte de un grupo de 12 conductores (antes de su eliminación, llevaban coches oficiales de responsables municipales) que el área de Hacienda resignó como técnicos de transporte sanitario. Ha añadido que el Samur ha asumido además a otros 11 trabajadores de otras áreas, tan lejanas algunas en competencia como el centro cultural Matadero. "Este señor pasa todas las pruebas para convertirse en técnico de emergencias sanitarias. Cumple con los requisitos de acceso. El proceso de formación tiene riesgos que el Samur asume. Según un estudio, hacen falta tres años de formación continuada para alcanzar la excelencia. Pero no se le abandona a su suerte: tenía un supervisor, y gracias a eso se despacharon las ambulancias correctamente. El sistema es lo suficientemente robusto como para soportar un fallo, aunque a lo mejor dos fallos seguidos no. Era la tercera guardia de ese trabajador, estaba incorporándose aún al servicio, y si fallaba habría vuelto a formación".

Sin cobertura dentro del Madrid Arena. Las dos unidades de soporte básico del Samur puestas en alerta llegan al pabellón municipal a las 4.04 y encuentran fuera del edificio a sendas chicas heridas, a las que habían sacado ya de la aglomeración; logran reanimarlas y estabilizarlas para su traslado a un hospital. Una de ellas sobrevivirá sólo unas horas; la otra, varias semanas. A las 4.10, se avisa a una unidad de soporte avanzado, que es la que entra en el recinto y se encuentra a otras tres jóvenes en la enfermería, bajo la responsabilidad del servicio médico contratado por el organizador, al frente del cual estaba el doctor Simón Viñals. Según el informe del Samur, "hasta esos momentos, en una de las pacientes se estaba realizando masaje cardiaco”. Al resto, presuntamente no se las estaba atendiendo por parte del equipo de Viñals. Y supuestamente ninguna recibió soporte avanzado hasta la llegada del Samur. Las tres chicas murieron allí.

Las grabaciones reveladas por 'El Mundo' ilustran también las dificultades de los técnicos del Samur para comunicarse por móvil dentro del recinto, por la falta de cobertura telefónica. El Ayuntamiento las ha achacado a las características del edificio (un bloque de hormigón enterrado dos plantas bajo la superficie) y a la sobresaturación del servicio por la presencia de miles de personas en una misma zona. Esta mañana, Del Álamo ha señalado que las comunicaciones se realizaron por radio; así se alertó, por ejemplo, de la necesidad de más unidades desde el interior del botiquín, ubicado dos plantas bajo tierra. El servicio telefónico era, ha dicho, "complementario".

Del Álamo ha terminado su intervención recalcando que, en sus diez años en el cargo, se ha tenido que enfrentar a los atentados del 11-M y de la T-4, y a la tragedia aérea de Spanair. "En todos esos casos hubo dificultades con la comunicación, y la sociedad y los medios de comunicació no cuestionaron la respuesta del Samur. En Barajas, había una hondonada que dificultó las comunicaciones por radio. El servicio aprende de los errores y continúa mejorando".

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