Chabolismo más allá de Poblenou
Los vecinos del Poble Sec piden cerrar un campamento en la calle Concòrdia Hay unos 30 asentamientos irregulares fuera del distrito de Sant Martí
Es el número 42 de la calle de Concordia, esquina Magallanes, en pleno Poble Sec barcelonés. Para el transeúnte desprevenido se trata de un solar vallado, uno más de los muchos que hay repartidos por la ciudad a raíz de la crisis. Pero los vecinos saben muy bien que detrás de la inmensa cerca metálica, pintada con graffits, hay uno de los 30 asentamientos irregulares que en octubre del año pasado tenía censado el Ayuntamiento, además de los que se encuentran en el distrito de Sant Martí —otros 30 hace tres meses, unos 18 ahora—. El Consistorio asegura que ya trabaja con la propiedad para solucionar el problema, aunque advierte que sus habitantes “rechazan las ayudas sociales” que se les han ofrecido.
La vista desde la altura de los pisos altos de las fincas aledañas permite ver tres tiendas de campaña, apiñadas en poco metros cuadrados. Son el hogar de un grupo de cuatro sin techo —tres hombres y una mujer— desde la primavera del año pasado. Allí malviven en medio de plásticos, tablas, colchones, paraguas, un sanitario...
La presencia de ratas y algunas peleas han motivado quejas de los vecinos. “Desde hace meses llamamos a la Guardia Urbana y no ha pasado nada”, asegura Moisés, que tiene su apartamento en una finca cercana. El malestar general llevó a que la Coordinadora de Entidades del Poble Sec, cuyo local está a media manzana de distancia, llevara el tema al distrito de Sants-Montujïc. “Pedimos al Ayuntamiento trabajar en alguna mejora en el solar y dar asistencia a los indigentes que lo habitan”, explica Josep Guzmán, presidente de la entidad.
Lo curioso es que no es la primera vez que este mismo sitio ha sido ocupado. Los vecinos recuerdan que ya en 2008 había un campamento. “Inclusive tenía una puerta con candado”, explica otro de los vecinos. La plaga de ratas y el ruido hicieron que las quejas al distrito no tardaran en llegar, pero nunca hubo una respuesta. “Eso sí, el problema salió en los periódicos y al otro día el solar estaba limpio”, agrega.
El Consistorio dice que los ‘sin techo’ “rechazan las ayudas sociales”
Pocos meses después, sin embargo, otro grupo volvió a invadir el solar pese a que este estaba vallado y limpio. En el verano de 2011, hubo un nuevo desalojo, explica una portavoz del Ayuntamiento. Pero la historia se volvió a repetir y menos de un año después, en primavera de 2012, el enclave volvía a tener nuevos habitantes.
El Ayuntamiento explica que trabaja junto con la propiedad para darle un uso “vecinal” al solar y que se está negociando “un uso temporal y público a este espacio privado”, posiblemente un parque infantil. Para ello, sin embargo, sería necesario el desalojo y que el dueño lleve el caso a los juzgados, algo que una portavoz del Consistorio no confirmó. El problema radica en que estos indigentes “rechazan las ayudas sociales” que ofrece el Consistorio. “No les podemos obligar a nada”, agrega la portavoz. La Red de Atención a Personas sin Hogar reveló que en Barcelona hay unas 2.800 personas sin techo.
De otro lado, Iniciativa se quedó ayer solo en la defensa de una proposición que buscaba que el Ayuntamiento fuera “proactivo en los mecanismos de prevención” para evitar los desalojos promovidos por propietarios de los solares. PSC y Unitat per Barcelona se abstuvieron en la votación en la Comisión de Calidad de Vida, mientras que CiU y PP se posicionaron en contra.
ICV también solicitó el uso del arraigo social como vía de regularización para los sin papeles que viven en los asentamientos. “Usted no fue capaz de resolver este problema. Nosotros intentamos resolverlo y presentamos un plan que esperamos sea un éxito”, respondió el Comisionado de Inmigración y Acción Social, Miquel Esteve. Entre el público estaba Yussif Idra, el ganés de 20 años que fue enviado al CIE después del desalojo de la nave de Sancho de Ávila y fue liberado ayer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.