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Solo el gran comercio sonríe

La liberalización de Valencia provoca una reacción en cadena en otros centros comerciales, que piden abrir

Cristina Vázquez
Protesta de trabajadores de pequeños locales del centro comecial de El Saler.
Protesta de trabajadores de pequeños locales del centro comecial de El Saler. MÒNICA TORRES

El libre comercio avanza a pasos de gigante a golpe de decreto y con el turismo como argumento. El Gobierno del PP decretó el año pasado que las 14 grandes capitales españolas acotasen al menos una zona de gran afluencia turística con libertad horaria comercial. Y les dio de plazo hasta principios de 2013. Valencia se subió al tren con rapidez. “No voy a obligar a nadie a abrir. Yo defiendo la libertad…, pero todos debemos esforzarnos por cuidar el negocio turístico”, anticipó en otoño pasado la alcaldesa de la capital, Rita Barberá. La excepción en el Cap i casal ha provocado una reacción en cadena en otros grandes centros comerciales, que solicitan a sus Ayuntamientos igual libertad.

Valencia solicitó a la Generalitat a principios de este año la declaración de cuatro grandes zonas de afluencia turística: el Jardí del Túria, la Marina Real, Ciutat Vella y L’Eixample más el entorno del estadio del Levante y la Generalitat las autorizó. Esta liberalización entró en vigor el día 15 y este es el primer domingo que abrirán al público.

En Alicante, el Ayuntamiento también ha autorizado a los comercios del centro. A diferencia de Valencia, donde no se discrimina, los centros comerciales de Gran Vía y Plaza Mar 2 no podrán abrir sus puertas en festivos, al menos de momento, ya que el acuerdo aprobado por la Junta de Gobierno, beneficiará exclusivamente a los comercios del casco antiguo, Mercado Central y Ensanche. El Consistorio ha excluido a los centros comerciales de la periferia porque no hubo “unanimidad” entre los comercios de esta zona para abrir los domingos y festivos.

Es una etapa inédita en ambas capitales. A diferencia de otras comunidades como Madrid, la apertura de comercios se ha restringido desde siempre en la Comunidad Valenciana. Lo más que se ha podido es abrir doce festivos. Luego pasaron a ocho y hace tres años, el sector pactó nueve. El calendario para 2013 recoge 10. Un vaivén continuo.

Los grandes establecimientos están satisfechos; pero el pequeño comercio, contrariado e impotente, no. Cecoval, patronal representativa en Valencia, es rotunda: “Esta decisión acelerará el cierre de algunos comercios y la consecuente pérdida de empleos”. Se quejan de que se han liberalizado zonas de dudosa afluencia turística, “y en ningún caso supondrá un aumento del consumo de turistas, sino un trasvase del gasto del comercio minorista a las grandes superficies”.

Cecoval apostaba por la declaración de una zona, la del centro histórico y, en función del resultado, ver el resto. Están preocupados por la caída de las ventas del comercio minorista. En noviembre —último dato conocido— este segmento comercial acumulaba ya 29 meses consecutivos de caída de las ventas.

José Luis Verchili, vicepresidente de Cecoval y responsable de Centre Ciutat Castelló, ve el paso dado como una amenaza. “Nos preocupa bastante porque Valencia podrá abrir los festivos y nosotros no, y esto agravará la histórica fuga de compradores a Valencia”, lamentó. “En otras ciudades han declarado zonas de afluencia turística los centros históricos pero en Valencia parece que han trazado la ruta de los centros comerciales, y esto nos preocupa”, añade.

Los grandes están convencidos de que no se les puede poner puertas al comercio, sobre todo en un país con una industria turística tan potente como España. “Si nos visitan 46 millones de turistas al año, ¿por qué no aprovechar para venderles nuestros productos?", plantea Antonio López Pena, portavoz la Asociación de Grandes Empresas de Distribución (Anged). “No me gusta hablar de grandes, medianos o pequeños. Somos complementarios y está claro que cuando hay un centro comercial que actúa de motor, los de alrededor se benefician. Una oferta comercial, cuanto más diversa, mejor”, defiende López Pena, que cita los casos de capitales como Londres, con un turismo de compras consolidado.

Según Anged, el balance comercial no se podrá hacer antes de tres o cuatro meses. En principio, cunde el optimismo, sobre todo porque es temporada de rebajas. El desplome de ventas desde que estalló la crisis ha afectado a todo el sector comercial y necesitan mejorar sus facturaciones.

Desde que se conoció el privilegio de Valencia, las expectativas de otras grandes superficies comerciales se acrecientan. Los complejos colindantes con Valencia quieren el mismo trato: El cartel de abierto todo el año. Sus promotores se han dirigido a ayuntamientos como Alfafar, Massanassa y Sedaví para estudiar cómo conseguir la excepción dentro del decreto de Medidas de liberalización comercial del Gobierno central, aprobado en julio de 2012.

Todos quieren

El Consistorio de Xirivella, con uno de estos complejos, ha pedido a la directora general de Comercio, Silvia Ordiñaga, información sobre las opciones que tiene el centro Gran Turia, pegado a Valencia pero sin libertad horaria. El alcalde tantea unirse a otros municipios como Alfafar y Aldaia, con grandes complejos como MN4 o Bonaire, para ir juntos en el proceso. Los Alcampo se han quedado fuera, y en Paterna, Carrefour ha solicitado aperturas extraordinarias en julio, agosto y septiembre.

L'Alfàs del Pi también quiere ser declarado de interés turístico. En Benidorm, el turismo abre cuando quiere. La libertad de horario es casi absoluta, y depende mucho del número de turistas, que pasean por sus clases. “Desde la década de los 80 el horario es muy flexible, no hay una hora de cierre”, admiten desde el Ayuntamiento benidormí.

La Consejería de Comercio ha recibido solo la solicitud de Valencia, si bien recuerda que ya hay 44 municipios declarados de interés turístico comercial: 26 en Alicante, 7 en Castellón y 11 en Valencia. Estos gozan de libertad horaria durante las vacaciones de Semana Santa y Pascua y los meses de verano.

Esta información ha sido elaborada con aportaciones de Ezequiel Moltó y Lorena Ortega.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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