Micharmut presenta ‘Solo para moscas’

Enrique Bosch (Valencia, 1953), conocido como Micharmut, presentaba el viernes 11 de enero su último tebeo. O no. Sólo para moscas (Edicions de Ponent)es la plasmación de su última obra, un blog del mismo nombre (http://soloparamoscas.wordpress.com/), en papel. La diferencia básica del blog al tebeo es que se han descartado algunas cosas y que el medio funciona de manera diferente: aunque el contenido sea el mismo no se transmite igual una página de Internet que el papel. Dejando eso aparte, se trata de una obra profundamente experimental de un autor que no sabe vivir si no es en el ejercicio constante de la investigación gráfica y narrativa. Su nuevo tebeo es una colección de historias que resultan complicadas de interpretar y que exigen al lector un ejercicio activo. De hecho, se agradece mucho la explicación que daba el autor en la presentación. “Mientras estaba realizando otra obra”, explica Micharmut, “consistente en una especie de catálogo de la periferia de Valencia, esa zona que no acaba de ser ciudad ni campo, me apeteció hacer una recopilación de escenas, casi una interpretación poética. Pero cuando ya había empezado, en 2008, tuvimos estos problemas, este “timo de la estampita” -alusión a la situación económica actual- en el que nos han metido, la situación económica se devaluó, y yo, que andaba fijándome en lo que decía la gente, escribía y dibujaba en los bares, notaba como se iba agriando la obra”. Con la guía del autor el tebeo cobra mucho valor, pero no hay un solo párrafo en el que lo explique en el libro. “Yo prefiero”, cuenta Enrique Bosch, “que cada uno saque sus propias conclusiones. No me gusta el didactismo, prefiero dejar la interpretación al lector”.

No es un tebeo fácil: historias de una o varias páginas, ilustraciones a página completa, impresiones personales... Es un tebeo “conceptualmente sicodélico” explica Bosch. Según Micharmut la inspiración ha venido a medias del tebeo de los años 30, previo al gag, en el que se contaban historias, a menudo con un plano único y en el que apenas se movían los personajes; y a medias de los códigos de la sicodelia de los últimos sesenta y los primeros setenta, todo ello filtrado a través de los ojos y las manos del autor, que, con todo, habla de un realismo cuando se refiere a la sinceridad de las impresiones que le produce la situación socioeconómica actual vista a ras de suelo. Si volvemos a pensar que, sobre todas estas circunstancias, planea el haber realizado inicialmente sus historias (a través de múltiples técnicas) y haberse sometido a la realimentación del público mediante su blog, cabe pensar que, como ya se anda escuchando entre algunos críticos, Sólo para moscas pueda ser el mejor tebeo del pasado año.

A ese extremo contribuye que especialmente los profesionales del sector sean fans entregados: su anterior editor, Joan Navarro, estaba presente en la presentación y su actual editor, Paco Camarasa, se deshacía en elogios ante Micharmut. Y la crítica presente les secundaba. Falta, claro, la opinión del público.