“El ‘lehendakari’ tiene que liderar la política fiscal”
El secretario general de CC OO pide al Gobierno vasco que facilite los pactos entre las administraciones y en la negociación colectiva
Unai Sordo (Bilbao, 1972) será reelegido hoy secretario general de Comisiones Obreras (CC OO) de Euskadi, en el X Congreso que la organización sindical celebra en Bilbao con asistencia de casi 300 delegados que representan a los cerca de 53.000 afiliados.
Pregunta. ¿Cómo se explica que solo haya un candidato a la secretaría general?
Respuesta. Se explica porque estamos en un momento con un nivel de cohesión interna importante, en contraste con otros períodos históricos, y porque hay también un ejercicio de responsabilidad teniendo en cuenta las dificultades de la crisis y las exigencias a las que somete al sindicato. Creo que es un acierto plantear el congreso con discusión y debate pero sin confrontación interna.
P. Usted reclama a Iñigo Urkullu que lidere un gran pacto contra la crisis. ¿Qué le pide a ese pacto?
R. Hay dos elementos clave: la negociación colectiva y la fiscalidad. La negociación colectiva es un elemento fundamental de distribución de la riqueza. Esta es una crisis que tiene mucho que ver con una mala distribución de la riqueza aunque se haya querido hacer pasar como una crisis financiera. En la fiscalidad hay que activar recursos, hay que buscar como se recauda más y mejor, de forma más progresiva.
Hay que llegar a un pacto en el conjunto de las administraciones
P. ¿Qué proponen en el ámbito fiscal?
R. Hay que avanzar en los ingresos del conjunto de las Administraciones. Hay que llegar a un pacto porque no puede ir cada administración por su cuenta, no puede haber tres sistemas fiscales distintos en un país que se puede recorrer en coche en hora y media; hay que mantener una estructura homologable en los tres territorios para mejorar los recursos de forma progresiva.
P. ¿Y en concreto?
R. Creemos que existe margen en el Impuesto de Sociedades. No se trata de estrangular a las empresas; es un impuesto que se aplica sobre beneficios y existen un montón de deducciones que hacen que se pague muy poco. En los tramos altos del Impuesto sobre la Renta también hay margen para mejorar la recaudación, incluso con gravámenes que puedan parecer demasiado altos pero en esta situación de crisis toca que se apriete el cinturón quien más tiene. Y hay figuras que se pueden recuperar, impuestos como Patrimonio y Sucesiones que no van a generar una gran recaudación pero creo que tienen un valor enorme ahora. Pero son orientaciones que requieren un ajuste fino.
P. ¿Qué papel tiene que jugar el liderazgo que reclama al lehendakari en estos aspectos?
R. El lehendakari y el Gobierno vasco deberían jugar una especie de papel de facilitador de ese escenario, por utilizar un término que se ha utilizado en otros conflictos. Facilitadores en un ámbito que no les corresponde, como la negociación colectiva fuera de la función pública, pero que tampoco les puede ser ajeno. No todo es de su directa competencia pero todo les incumbe. El lehendakari tiene que liderar la política fiscal, no puede decir que la hagan las diputaciones porque va repercutir en la financiación de la Administración, de la sanidad, de la enseñanza. Tiene que propiciar un pacto entre administraciones. Y en otros ámbitos que no son estrictamente de su competencia, como la negociación colectiva, no puede ser ajeno a lo que puede ocurrir en julio si los convenios colectivos dejan de tener vigencia y se aplica un convenio un convenio estatal o el Estatuto de los Trabajadores. No se puede abstraer porque puede generar mucha conflictividad.
No podemos permitir que la conciliación pase al cajón por la crisis
P. ¿Qué le parece el anuncio de la reducción de empresas públicas?
R. Da la sensación de que están sobrevolando el asunto sin llegar al fondo. Parece un globo sonda, diciendo que se pretenden hacer recortes y se deja caer que no van a afectar al empleo o a los servicios. Pero las cuentas no van a cuadrar y por algún lado tendrán que meter la tijera. Lo que hay que hacer cuanto antes es desarrollar otra política de ingresos, que ya vamos tarde. Y eso sabiendo que no es el bálsamo que todo lo cura. Es inaplazable una reforma fiscal en Euskadi.
P. ¿Se ha llevado la crisis por delante los avances en igualdad o conciliación?
R. Tenemos que intentar que no sea así, aunque es verdad que cuando la crisis entra por la puerta la igualdad y los elementos cualitativos de la negociación colectiva saltan por la ventana. La visión debe ser la contraria: precisamente en momentos en que la situación económica hace que algunos elementos centrales de la negociación colectiva, como los salarios, tengan menos márgenes para incrementarse, estos elementos cualitativos deben ser más importantes. Exige dar valor a la igualdad y a la conciliación; ahí tenemos que hacer mucha labor pedagógica desde las organizaciones sindicales. No pueden ser la maría. Nos ha costado mucho y no podemos permitir que se eche para atrás 30 años y estas cosas pasen al cajón por la crisis.
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