50 años del gran libro de Joan Fuster
Una exposición en el Palau Robert de Barcelona repasa la gestación y las consecuencias del ensayo ‘Nosaltres els valencians’ escrito en 1962
“Este libro no será jamás olvidado, porque, necesariamente, obligará a pensar”. La frase es de Josep Pla, y el libro al que se refiere, Nosaltres els valencians,un ensayo de historia política, social y cultural de Joan Fuster. Cincuenta años después de estas palabras, la Universidad de Valencia se ha encargado de darles pleno sentido dedicando una exposición itinerante a la obra, escrita en 1962 y cuya publicación generó, sucesivamente, una gran repercusión y una reacción represiva por parte del Estado franquista. La exposición, tras pasar por Valencia, Ontinyent, Castellón y Sueca, ha aterrizado en el Palau Robert de Barcelona, donde podrá visitarse gratuitamente hasta el 17 de febrero.
“La exposición toma el libro como elemento central para narrar hechos anteriores y posteriores a él, para ilustrar su contexto más inmediato”, explica Francesc Pérez, comisario de la exhibición junto a Ferran Carbó. La muestra se divide en dos salas, que acogen respectivamente documentos que ilustran el antes y el después de la publicación de Nosaltres els valencians. El primer espacio, aparte de incluir fotografías y unas breves notas autobiográficas del autor, agrupa una serie de documentos que testimonian el proceso de gestación del libro: notas de trabajo de Fuster, correspondencia con sus amigos de la Editorial 62, guiones y apuntes varios.
El ensayo histórico-político de Fuster, que Pla calificó de “profundamente antiprovinciano”, no fue bien recibido por los censores de la época. El que fuera delegado provincial en Valencia del Ministerio de Información y Turismo, Joaquín Ríos Capapé, remató así un indignado informe en que descalificaba los contenidos del libro: “Mi opinión personal es que no debe ser autorizada su segunda edición, dado su carácter disolvente y marcado cariz separatista”. “Hasta la muerte de Franco no fue posible hacer ninguna edición nueva del libro, solo se efectuaban reimpresiones con la fecha de la segunda edición”, comenta Carbó en referencia al informe de Ríos-Capapé. Este documento está también expuesto en el Palau Robert, al lado del reclamo publicitario que ponían los libreros en sus tiendas, aprovechando el revuelo mediático que había originado la publicación (Compreu aquí, ara mateix, el llibre valencià més discutit dels últims anys). Desde la apertura posfranquista se han realizado unas 30 ediciones en catalán y tres en castellano.
Hasta 1975 solo se pudieron hacer reimpresiones de la segunda edición
Una de las tesis sostenidas en el libro homenajeado fue la aceptación del gentilicio común “catalanes” para todos aquellos que hablaran la lengua catalana. “Joan Fuster simplifica una cuestión que solo a nuestros peores enemigos favorecería mantener complicada”, enfatizaba su coetáneo Joan Sales en una reseña de 1962, en la que también calificaba a Fuster de “el escritor más representativo del País Valenciano”. Otros reaccionaron con la misma pasión, pero orientada en el sentido contrario: en unas Fallas celebradas en Valencia se quemó un monigote que representaba el cuerpo del escritor. En la exposición se reúnen esas diferentes reacciones del entorno sociopolítico de Fuster, intercaladas con documentos gráficos que muestran al escritor con figuras culturales del momento como el cantautor Raimon o Pi de la Serra.
La muestra incluye también algunas de las obras de arte de la colección personal del escritor —pinturas, esculturas, grabados y dibujos— y parte de su correspondencia, propiedad de la Biblioteca de Catalunya. Tras su paso por Barcelona, la exhibición regresará a Valencia para efectuar su última parada en Alicante. Todo un intento para demostrar que, tras medio siglo de cambios políticos en la Península, las palabras con que Pla elogió el libro siguen vigentes hoy día.
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