“Que no me cuenten que eran presionados”
Pedro Vera consiguió que La Caixa devolviera 10 millones a los vecinos de Villanueva de Córdoba
“Mi padre, enfermo de Alzheimer, tenía invertidos los ahorros de su vida, 21.000 euros. Se siente impotencia. Ellos pensaban que tenían un plazo fijo, y le colocaron las preferentes violando su confianza porque era amigo de su hijo. Que no me cuenten que eran presionados por sus jefes”. El testimonio de Pedro Vera, impulsor de las reclamaciones vecinales que lograron que La Caixa devolviera unos 10 millones a los vecinos de Villanueva de Córdoba, es revelador. Vera renunció a la vía penal tras lograr la devolución del dinero. “Puse la denuncia penal pero la retiré”, puntualiza.
Otras víctimas siguieron adelante y ahora la Fiscalía Superior de Andalucía sopesa pedir la prohibición de las preferentes. El precedente más claro es Galicia, donde las plataformas representan a 43.000 ciudadanos a los que los bancos vendieron participaciones por 1.000 millones. La Fiscalía Superior de Galicia ha presentado un recurso ante el juez para que acepte la “acción de cesación” que prohibiría la comercialización de estos productos tóxicos.
La fiscalía gallega entiende que deben acabar estos abusos de los bancos para que no se repitan, pero la justicia debe anular también los efectos de estas prácticas. Es decir, que los jueces ordenen la devolución de los ahorros a las víctimas. De momento la fiscalía andaluza espera la decisión de la Audiencia Provincial de A Coruña.
Mientras, en la vía administrativa la Junta intenta ordenar el mapa de las irregularidades y ha pedido a las entidades bancarias que les informe del total de participaciones preferentes comercializadas en la comunidad en las últimas décadas. “Estamos ante un hecho punible y queremos tener certezas. Les hemos pedido todos los productos comercializados en Andalucía”, apuntó ayer la directora general de Consumo, Dolores Muñoz. La Junta y Caixabank acudirán a una primera reunión para tratar los tres expedientes administrativos impuestos a la entidad bancaria.
“Estos productos solo deben ser ofrecidos a profesionales y conocedores de productos financieros”, recuerdan fuentes del caso. La compleja terminología ha sido una trampa para algunos clientes, que confiaron en la buena voluntad de sus gestores financieros o incluso padecieron prácticas abusivas sin su conocimiento.
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