El peso institucional del PSE se reduce a ocho ayuntamientos

La salida del Gobierno vasco, materializada con el juramento del nuevo lehendakari, coloca al PSE-EE en una posición institucional tan débil que representa el menor peso política de toda la historia democrática. Una vez que ha perdido el poder autonómico, al que llegó en 2009 tras el pacto político con el PP, la representación institucional de los socialistas vascos queda reducida a ocho ayuntamientos.

Esta incómoda situación viene a coincidir con los congresos territoriales y el nacional que los socialistas van a celebrar en el arranque del nuevo año. Ahí, según la petición formulada por su secretario general, Patxi López, tratarán de articular un mensaje de aproximación a los problemas ciudadanos y de un planteamiento ante la nueva situación creada en el País Vasco, que podría llevar consigo la renovación de algunos de los cargos internos.

En la nueva situación, el máximo poder representativo de los socialistas vascos en estos momentos se localiza en el municipio de Barakaldo (Bizkaia), aunque muy directamente amenazado por la subida conseguida en las últimas elecciones por el PNV.

Tras conseguir en 2009 el hito de convertir a Patxi López en el primer lehendakari socialista tras unas elecciones -Ramón Rubial presidió el Consejo General Vasco, el gobierno preautonómico integrado por todos los partidos-, ahora los socialistas afrontan el hito contrario de su historia: el de tener el menor poder institucional.

Es el único de los cuatro grandes partidos que no domina en una capital o en una Diputación

Además, el PSE-EE se convierte en el único de los cuatro grandes partidos vascos que no dirige ninguna institución importante. El PNV gestiona el Gobierno Vasco, la Diputación de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao; Bildu dirige la Diputación de Gipuzkoa y el consistorio donostiarra, y el PP tiene la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria.

Los socialistas, en cambio, gestionan los ayuntamientos vizcaínos de Barakaldo, Portugalete y Ermua; los guipuzcoanos de Irún, Eibar y Zumarraga y los alaveses de Iruña de Oca y Ribera Baja, que suman una población de unos 270.000 ciudadanos.

Aunque se trata de alguno de los municipios más poblados de Euskadi, el PSE-EE perdió en las elecciones locales de 2011 los ayuntamientos de San Sebastián y Vitoria, además de algunos de los que habían sido "feudos" suyos en otras épocas como Sestao, Errenteria o Lasarte, aunque en este caso ganó los comicios.

Tampoco llegan los socialistas al poder como socios minoritarios de gobiernos de coalición como ocurrió en la época del lehendakari José Antonio Ardanza, en los años 80 y 90 del pasado siglo, cuando PNV y PSE dirigieron conjuntamente todas las principales instituciones vascas.

A la pérdida de poder ejecutivo se une la merma de su representación parlamentaria, reducida a 16 parlamentarios autonómicos, 9 junteros en cada territorio, 4 diputados en el Congreso y 3 senadores, uno de los cuales (Roberto Lertxundi) lo es por designación parlamentaria y podría quedarse sin escaño esta legislatura.