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Torramadé cesa por el caso de presunto acoso sexual

El presidente de Unió renuncia también a los cargos en el partido pero sigue como alcalde de Salt

El presidente de la Diputación de Girona, Jaume Torramadé.
El presidente de la Diputación de Girona, Jaume Torramadé.JOAN CASTRO (ICONNA)

Primero guardó silencio. Luego negó haber acosado sexualmente a Minerva Amador, exasesora y compañera en Unió Democràtica 17 años más joven. Y ayer, por fin, Jaume Torramadé anunció que deja temporalmente la presidencia de la Diputación de Girona. El también alcalde de Salt se va “por unas semanas”, acorralado tras la denuncia presentada por la mujer y por la presión de ERC y el PSC, que le habían exigido el gesto. Se aparta, pero no dimite: es un “paso a un lado”, se apresuró a aclarar, con la única intención de aflojar el interés público por el caso. El diputado y alcalde de Banyoles, Miquel Noguer, asumirá el cargo de presidente accidental mientras Torramadé esté ausente.

La portavoz de Unió, Marta Llorens, había anunciado por la mañana en Barcelona que Torramadé dejaba de forma “temporal” y “voluntaria” la presidencia de la Intercomarcal del partido. Se trataba de la primera consecuencia política del escándalo para el alcalde de Salt desde que este saltó a la luz, el pasado 20 de noviembre.  Fue el propio Torramadé quien levantó la liebre al denunciar a su exasesora por extorsión, unos días antes de que ella le denunciase a él por acoso sexual. El presidente de la diputación le habría realizado repetidos tocamientos durante una cena de campaña el pasado 8 de noviembre, en la que también estaban presentes todos los concejales de CIU en Salt.

Los efectos políticos del caso se ampliaron ayer por la tarde. Torramadé anunció que se va de forma temporal porque “es lo mejor” para la diputación, aunque rechazó de plano cualquier responsabilidad en la situación creada. A pesar de que el escándalo ha debilitado la imagen de la institución que él preside, su decisión viene dada exclusivamente por la “presión mediática” que se ha generado, y no porque él haya cometido ningún error. El alcalde de Salt aludió incluso a una supuesta “cacería”, una lucha en la sombra por desbancarle del poder, en el que hasta ahora se encontraba cómodamente instalado. A pesar de su decisión de apartarse, Torramadé sigue negando la mayor. “Me siento tranquilo porque estoy convencido de mi inocencia”, declaró ayer en un comunicado.

Pero el ambiente a su alrededor se ha enrarecido hasta límites insoportables y la tensión ha alcanzado a sus más estrechos colaboradores. Josep Maria Amargant, jefe de Protocolo de la diputación, ha acusado al presidente del organismo provincial de enviarle a negociar el silencio de Amador, presuntamente con dinero público, una acusación que de demostrarse sería muy grave. Amargant, en una carta en dos periódicos locales, también ha explicado que Torramadé le reconoció los hechos una mañana en que este se lo encontró “tumbado, abatido” y con los ojos llorosos en un sofá de la sede de la alcaldía en Salt. En los primeros días tras saltar a la luz el escándalo, Torramadé llegó a reconocer a algún periodista que no se acordaba de lo sucedido en la velada, en la que no faltó el alcohol.

Ni por asomo piensa el hasta ahora presidente de UDC en Girona renunciar a su cargo de alcalde de Salt, al que accedió en las pasadas elecciones. El argumento que esgrime Torramadé es que ninguno de los implicados en el caso está relacionado con el Ayuntamiento de la localidad. “Ninguna de las personas en controversia” tienen vínculos con esta institución, afirmó el alcalde, en referencia supuestamente a Amador y a Amargant. La mujer, que ejercía como asesora de Unió en la diputación hasta que renunció al día siguiente de la cena “por motivos laborales graves”, también era la presidenta de la agrupación local del partido en Salt, por lo que sí estaba vinculada con la localidad.

Allí, los partidos políticos se habían mantenido hasta ayer a la expectativa, en una actitud de prudencia extrema y de respeto a la presunción de inocencia del alcalde. La renuncia temporal a su cargo en UDC y en la Diputación, sin embargo, ha provocado un giro de 180 grados en la postura del PSC, el principal partido de la oposición. La agrupación socialista envió ayer un comunicado en el que expresa su “desconcierto y perplejidad” ante el anuncio de Torramadé de que abandona su cargo en el ente provincial, pero continúa ejerciendo “con total normalidad” como alcalde de Salt.

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“No entendemos por qué, si deja temporalmente la diputación, donde es un responsable político de designación indirecta, no hace el mismo en el Ayuntamiento, donde es un cargo electo”, afirmó el PSC.

El alivio afloró ayer tanto en las filas de Unió como en las de Convergència, desde las que hacía días que se exigía un movimiento claro por parte de Torramadé. En público, los dirigentes de CDC no han querido hacer sangre, aunque en privado admiten que se han mantenido reuniones maratonianas para encontrar una salida aceptable por todos. La decisión de que el presidente de la diputación se aparte temporalmente es fruto de una “reflexión general” de los dos partidos, afirmó ayer Pere Vila, presidente de CDC en Girona y portavoz de CIU en la diputación. “Creemos que es la mejor propuesta que se puede hacer a día de hoy”, dijo. Vila también recordó que se trata de un proceso que “acaba de comenzar”.

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