Barcelona fracasa en la reducción de las emisiones de dióxido de nitrógeno
El nivel de contaminación en los puntos más críticos está estable desde 2007
El bienestar de los barceloneses que dibuja el Informe 2011 de la Agencia de Salud Pública (ASPB) tiene un lunar. Se trata de la contaminación del aire, causante de varias enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y que sigue siendo uno de los determinantes físicos que más afectan el bienestar de las personas. En especial, las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2). Solo dos de las siete estaciones de medida están por debajo del límite de una media de 40 microgramos por metro cúbico anual. Ayer, durante la presentación del estudio, la delegada de Salud, Cristina Iniesta, pidió “más medidas concretas” para reducir la contaminación atmosférica.
Iniesta, que compareció junto a Conrad Casas, el gerente de la ASPB, recalcó que Barcelona ha cumplido por segundo año con los límites máximos exigidos para las partículas en suspensión (PM10). Sin embargo, con respecto a 2010, hay un repunte importante en las estaciones de medición de Sants, Gràcia-Sant Gervasi y Eixample. Estas últimas dos son precisamente las que superan las mediciones del dióxido de nitrógeno —rozan los 65 microgramos—. La medición de Sants está justo en el límite. “Los niveles anuales de NO2 se mantienen estables desde el 2007 en las estaciones de tránsito muy intenso”, explica el informe.
Casas dijo que “estos niveles no bajarán hasta que haya medidas más concretas” e Iniesta, que recalcó la dimensión metropolitana del problema, mencionó el coche eléctrico y la puesta en marcha de autobuses más limpios como iniciativas que ayudarán a mejorar la calidad del aire, aunque aceptó que “su eficacia se verá con el tiempo”.
Ni el pasado Gobierno bipartito de la ciudad ni el actual, encabezado por el alcalde convergente Xavier Trias, han apostado claramente por restricciones contundentes del tráfico rodado y han fiado la solución del problema de la contaminación a la penetración en el mercado de tecnologías más limpias. De hecho, el Plan de Energía y Cambio Climático 2012 -2020 de la Generalitat apunta en esa dirección.
La ciudad, sin embargo, tiene competencias para crear instrumentos de control del tráfico —como un peaje interurbano, por ejemplo— y seguir la senda de ciudades como Londres o París. Hasta el momento, sin embargo, CiU ha dado más señales de apoyo al vehículo privado. Las fallidas ordenanzas fiscales, por ejemplo, buscaban crear una nueva zona de aparcamiento.
Alerta por el repunte de dos enfermedades venéreas
La sífilis y el linfogranuloma venéreo. Dos enfermedades de transmisión sexual cuyo repunte, especialmente en la población masculina que mantiene relaciones con otros hombres, preocupa a la Agencia de Salud Pública de Barcelona. Su gerente Conrad Casas y la delegada de Salud del Ayuntamiento, Cristina Iniesta, hicieron un llamamiento a la práctica del sexo seguro: “Son enfermedades reemergetes”.
El linfogranuloma está causada por una clamidia (una bacteria) y puede ocasionar úlceras genitales y diarreas. Es de fácil diagnóstico, pero si no recibe tratamiento puede generar deformaciones externas en los genitales.
En 2010, se diagnosticaron 22 casos de linfogranuloma. El año pasado, 79, el 54% del total de los reportados en los últimos cuatro años. Un informe publicado en la revista Eurosurveillance a principios de este año reveló que casi la mitad de los informes de contagio se hizo entre julio y septiembre. En el caso de la sífilis, se pasó de 303 contagios en 2010 a 322 el año pasado. Desde 2008 la estadística sigue subiendo. El 83% de los contagios ha sido entre hombres que han tenido relaciones homosexuales.
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